Noche de reyes o como quieras, versión de Analía García (Teatro)



Los egresados de la Licenciatura en actuación del IUNA están presentando su proyecto de graduación hasta el 6 de diciembre. Lucarna fue a ver su Noche de reyes y quedó encantada. Por eso, quisimos charlar con Analía Fedra, su directora, quien nos contó cómo fue el proceso de puesta en escena de la obra, entre otras cosas.

Quedate a leer la entrevista y, cuando la termines, no dudes en reservar tu entrada para ir a ver la obra este fin de semana.


Revista Lucarna: Noche de reyes es un proyecto de graduación de los alumnos del IUNA, ¿contanos de qué se trata este trabajo de cierre y cuál es tu rol en la institución?
Analía García: Los estudiantes de la Licenciatura en actuación del IUNA se gradúan con un espectáculo, para lo cual cada año se convoca a directores. Y los estudiantes, durante casi un año se dedican a ensayar la propuesta escénica del director. Es un período en el que se condensa lo pedagógico con la búsqueda artística. Al mismo tiempo que aprehenden sobre el trabajo profesional del actor, ponen el cuerpo en cada ensayo, indagando en la propuesta del director.  Yo elegí trabajar con Shakespeare, hay otros directores que además son dramaturgos y escriben los textos para los estudiantes, otros hacen creaciones colectivas o adaptaciones de otros materiales literarios. Lo interesante es que hay diversidad en las propuestas. Los estudiantes, para finalizar sus estudios hacen una tesina de licenciatura.

En el IUNA trabajo como ayudante en la cátedra de Luis Cano, en la materia Dirección IV, en la carrera de Dirección escénica. Este año  me convocaron para que dirigiera uno de los proyectos de graduación de actuación, y así surgió la puesta de Noche de reyes.



RL: ¿Por qué eligieron tomar esta pieza de Shakespeare?
AG: La particularidad que tienen los grupos que conforman cada proyecto de graduación de actuación es que de antemano los directores no sabemos con cuántos actores contamos, la proporción de hombres y mujeres, edades, etc. En general, los grupos están conformados por actores muy jóvenes y hay mayoría de mujeres en los elencos. Es por esto que es difícil encontrar textos dramáticos que puedan responder a todas estas características y que además impliquen un desafío actoral parejo para todos. En nuestro caso, son 10 mujeres y tres hombres. Los primeros meses estuvimos buscando materiales que pudieran responder a esta conformación grupal, los leímos y analizamos hipótesis de trabajo actoral en cada caso.  Fue una búsqueda compleja.

La primera obra que encontré, que respondía  a todo lo que quería fue Noche de reyes y aunque en un principio me resistí a elegirla porque me parecía un gran desafío para todos, al mismo tiempo me parecía la elección más acertada. Contar con un elenco numeroso y reunirse tres veces por semana  cuatro horas se acerca a la forma de trabajo que tiene un elenco estable. Con estas condiciones, me pareció que había que aprovechar la oportunidad, haciendo una obra que difícilmente se pueda montar  en el circuito alternativo.  Y graduarse con Shakespeare es en sí un regalo de graduación. Para mí, la obra es puro placer para los actores y, siendo una comedia de situaciones, busca el placer entre ellos y el público.

RL: ¿Cuánto tiempo les llevó ensayarla?
AG: Cinco meses.

RL: El vestuario logra, desde la sencillez, darle un toque especial a cada personaje. ¿Cómo lo trabajaron? ¿El IUNA les da un presupuesto o lo financiaron por su cuenta?
AG: Lara Sol Gaudini propuso trabajar en principio con dos paletas de colores para los personajes más ligados a Oliverio y a Julia. Compartimos la necesidad de trabajar en detalle con el vestuario, ya que desde un principio, mi propuesta fue trabajar con un espacio despojado, por lo cual cada detalle se observa más.  Ella trabaja en la cátedra de escenografía y vestuario de Diego Siliano e hizo una investigación sobre el vestuario en la época isabelina, por lo cual buscó trabajar con texturas, encajes y volados que tuvieran relación con el mundote aquella época, pero que no lo remitiera directamente. Asistiendo a los ensayos, Gaudini pudo ir sintetizando lo que cada personaje requería en el vestuario como característica relevante.
 
El IUNA otorga un presupuesto para cada proyecto de graduación, que no es tan elevado para la cantidad de actores que lo conforman. Lo que busqué plantearle al grupo fue que no podíamos quedarnos siempre esperando que desde la institución nos resuelvan todo, también es parte del proceso de un proyecto generar  los recursos necesarios, la autogestión es fundamental en Buenos Aires. En el caso de Noche de reyes,  los mismos estudiantes se organizaron para general los recursos económicos que necesitábamos. Organizaron dos fiestas con las que recaudaron los fondos necesarios para comprar parte del vestuario, el maquillaje y demás elementos.

RL: ¿El escenario –un cuadrilátero de madera similar a un ring de box- ya estaba construido desde antes o lo hicieron especialmente para la obra?
AG: El escenario no estaba construido, lo realizó Emilio Muños especialmente para el proyecto. Por un lado, desde el IUNA querían contar con un escenario para la sala La nave de la sede Venezuela y expresé la necesidad para la puesta en escena. Con Diego Siliano solicitamos que se hiciera el escenario con las medidas que necesitábamos y accedieron. De modo que estrenamos el escenario, es algo que queda para los proyectos que requieran trabajar con un escenario elevado.

RL: La obra tiene mucho trabajo físico y minuciosidad en la entrada y salida de cada personaje. ¿Cómo entrenaron cada movimiento?
AG: Desde un comienzo -y durante todo el año-, los estudiantes entrenaron con Miguel Sorrentino y tuvieron algunos encuentros extras de entrenamiento con Florencia Rapan, que trabaja con una técnica que se llama bioenergética. Al principio me sirvió para empezar a ver los cuerpos en movimiento, qué es lo que cada uno trae, sus potencialidades y sus dificultades.  Luego, cuando elegí la obra de Shakespeare, siguieron entrenando porque se necesitan cuerpos  disponibles, flexibles, precisos, relajados  y presentes  en el espacio. Y siendo una obra extensa  (de cinco actos) los actores tenían que tener cierto entrenamiento para que las subidas, bajadas y corridas, y que esto no fuera un impedimento para la emisión de la voz ni para el juego actoral.

RL: Noche de reyes muestra a un grupo talentoso de actores jóvenes. ¿Qué pasa después en el campo laboral? ¿Les es dificultoso a los egresados poder vivir de la actuación?
AG: La dificultad para poder vivir de la actuación es la misma por la que pasan todos los actores, más allá del talento y el título. Nada asegura nada. Yo veo casos de egresados que se insertan fácilmente, otros que no se dedican a la actuación y se vuelcan a otra cosa o la carrera docente. 

La carrera del actor es  una carrera de muchas incertidumbres, más en este país. 

RL: Vos tenés la experiencia de haber trabajado con actores de trayectoria como los de Greek y con actores jóvenes como los de Noche de reyes, que están dando sus primeros pasos: ¿qué diferencias encontrás en el trabajo con los unos y los otros? 
AG: En algo coinciden ambos elencos: la pasión. Difícilmente pueda trabajar con actores que no toman el proyecto en el que participan o a sí mismos en serio. En ambos casos sé que le ponen todo a la obra en la que están. Este derroche de energía y pasión siempre me conmueve de los actores. En ambos casos trabajaron en pos de la obra y el proyecto conjunto, no hubo cuestiones de ego que enturbiaran el proceso de trabajo. Eso me gratifica profundamente.

Con los actores de Greek, que cuentan con mucha experiencia, la búsqueda fue más específica en relación al lenguaje de actuación, trabajando en la indagación específica de Berkoff. Con los actores de Noche de reyes hubo un primer momento más pedagógico en la búsqueda actoral y tuve que ponerme más creativa a la hora de pedirles cosas, ir viendo qué solicitarles en base a la experiencia que tienen.  

RL: ¿Por qué eligieron terminar la obra con baile y canto?
AG: La comedia de Shakespeare termina con una canción del bufón. Nosotros sumamos al elenco bailando porque es como un final de fiesta, Shakespeare explicita el final de la comedia.

Shakespeare plantea en el primer texto de la obra la relación entre la música y el amor. “If music be the food of love, play on”, y durante la comedia incluye canciones, que son interpretadas en todos los casos por el bufón.  Conservamos los textos de los poemas de Shakespeare y  Gustavo García Mendy compuso música original para los versos. Decidimos que estuvieran en inglés porque la sonoridad de los versos suma a la musicalidad de la letra de las canciones. La primera canción que aparece es llama Carpe Diem, un poema suelto que está en las obras completas de Shakespeare y que Shakespeare incluyó en la comedia,  en una escena en la que algunos personajes -las borrachas de la comedia- están de juerga.
Carpe Diem 
O mistress mine, where are you roaming? O, stay and hear; your true love’s coming, that can sing both high and low: Trip no further, pretty sweeting; Journeys end in lovers meeting, Every wise man’s son doth know. What is love? ’tis not hereafter; Present mirth hath present laughter; What’s to come is still unsure: In delay there lies no plenty; Then come kiss me, sweet and twenty, Youth’s a stuff will not endure.

RL: ¿Cómo conformaste el grupo que te acompaña en la obra?
AG: Siendo un proyecto del IUNA, quise trabajar con docentes y graduados del IUNA, que además de su rol en la docencia tienen una vida profesional artística intensa e interesante. Trabajar con Diego Siliano o con Gustavo García Mendy es un lujo. Me encantó lo que se generó porque trabajaron dando todo para que la obra saliera de la mejor manera. Lo que compartí con cada uno superó mis expectativas.

Dónde: sala La nave del IUNA. Venezuela 2587.
Cuándo: viernes a las 21.30 y sábados a las 19.30.
Cuánto: bono contribución general, 50 pesos; comunidad IUNA (estudiantes, docentes, no docentes y graduados del IUNA), 30 pesos; otros universitarios y jubilados, 40 pesos.
Ficha técnico-artística
Actúan: Paz Irizar, Ileana Peralta, Cecilia González, Estefanía Reali, Christian de Miguel, Diego Baez Toro, Ana
Ceruti, Rosina Karp, Belén Garbi, Yamila Ursino, Vanesa Anderson Fyhn, Elián López y Daniela Rodríguez.
Traducción: Ana Ceruti, Vanesa Anderson Fyhn, Christian de Miguel, Belén Garbi, Rosina Karp.
Versión: Sol Rodríguez Seoane ‐ Analía Fedra García.
Entrenamiento corporal: Miguel Sorrentino ‐ Flor Rapan.
Música original: Gustavo García Mendy.
Escenografía: Diego Siliano.
Realización de escenografía: Emilio Muños.
Iluminación: Nadia Strier.
Vestuario: Lara Sol Gaudini.
Fotos: Miguel Mango.
Diseño gráfico: Enrique González.
Peinados: Julia Gárriz.
Asistencia: Miguel Sorrentino.
Dirección: Analía Fedra García.