Teatro en el barrio: un arte emergente, una fiesta que no se agota en la mera diversión, un punto de encuentro, una forma de reconstruir el tejido social fragmentado. Todo esto y mucho más, nos cuenta la chilena Elina Villibar, que desde hace 3 años se radicó en Buenos Aires para estudiar este fenómeno cultural.
Por Elina Villibar.
Para quienes aún no conocen este fenómeno teatral de origen argentino les contamos que el teatro comunitario es un movimiento artístico-popular que se aleja de ciertas convenciones teatrales y se mueve libremente por los barrios de la ciudad de Buenos Aires, desde hace ya treinta años. Es un teatro de vecinos-actores con elencos intergeneracionales; posee coordinadores y no directores; es un teatro que ocupa el espacio público como escenario, es decir, es un teatro que ha logrado invertir muchas de las dinámicas que tienden a alejar el arte de la gente.
Concibe el teatro como una celebración, como una fiesta; que no es mera entretención o superación del ocio. Convoca para compartir y revisar, de manera muy creativa, lo que significa vivir en conjunto. El teatro comunitario es un teatro de barrio, arraigado en un lugar que es mucho más que un número en una intersección de calles, revitaliza la pertenencia social de una persona con su entorno, el hogar se expande más allá de los límites de la casa, la familia se extiende más allá de los vínculos consanguíneos. Cualquier persona que se sienta movilizada por la actuación puede formar parte de un grupo de teatro comunitario. Lo único que necesita es voluntad y compromiso con ese deseo. Los grupos acogen a los nuevos integrantes para que se vayan familiarizando poco a poco con la técnica actoral, con el canto comunitario y con el ejercicio de puesta; considerando siempre las capacidades de cada individuo.
El uso del canto comunitario y del coro son dos elementos fundamentales en este tipo de puestas que pueden llegar a incluir ochenta o más actores en el armado de sus obras. Implica no solo un ejercicio de creación, sino uno de coordinación muy intenso, este despliegue le otorga fuerza e intensidad a la escena. Lo masivo es una de sus características más vitales se busca entrar en contacto directo con el público, que este de ser posible se fusione con el elenco.
Las temáticas de las puestas de teatro comunitario giran en torno a las historias de vida de sus integrantes y del barrio. Recoge una tradición paralela a la historia oficial, construye un discurso subversivo fruto de las experiencias y vivencias ignoradas por los constructores de los grandes relatos históricos: odiseas de inmigrantes, cuentos de ocupas, aventuras de payasos y gestas populares se despliegan ante los ojos del público para construir otra memoria, que vuelve a fijar en el mapa a pueblos olvidados, a industrias desarticuladas, barrios marginados; hace visible la inequidad sobre la cual se construye la historia latinoamericana.
Sin ser grave el teatro comunitario reclama y ofrece un lugar para quienes han quedado fuera de los estándares académicos, virtuosos o económicos. Bajo la consigna de que todos podemos hacer arte y que es vital ocuparnos de que éste esté vivo en el seno de la cultura social como una forma básica de comunicación y belleza.
El teatro comunitario es un teatro que surge en el periodo de posdictadura en la Argentina, momento en el cual existe la necesidad de recomponer el tejido social que ha sido dañado por la violencia de Estado. Dos grupos llevan la vanguardia en este proceso de gestación: El Grupo de Teatro Catalina Sur -La Boca- dirigido por Adhemar Bianchi y El Circuito Cultural de Barracas -Barracas- conducido por Ricardo Talento, ambos activos hasta la fecha. Posteriormente surgen nuevas agrupaciones producto de la crisis social y económica que vive Argentina en el 2001. Estas nuevas agrupaciones tienen como guía y modelo los grupos pioneros, actualmente son más de treinta grupos los que vienen desarrollando este formato teatral que se aleja de los circuitos comerciales para concentrarse en las carencias, angustias y sueños de la gente.
Esta forma de concebir lo teatral, posee dos virtudes que quisiéramos destacar; la primera es que es un fenómeno artístico propio de la cultura popular Bonaerense y; la segunda es que comienza a ser conocida y replicada en distintos países latinoamericanos y europeos. Revirtiendo el eje de pululación de las artes, tan característico del medio latinoamericano.
Para quienes estén interesados en conocer más profundamente sobre este tema existen tres textos de estudios sobre Teatro Comunitario: Teatro Comunitario. Resistencia y transformación social (2007) de Marcela Bidegaín; Teatro de vecinos (2010) de Edith Scher y Teatro y estética comunitaria. Miradas de la filosofía y la política (2013) de Lola Proaño. Estos textos revisan los procesos históricos que conllevan a la conformación de los grupos, describen las dinámicas de funcionamiento que los rigen y la poesía que los cruza.