Revista Lucarna

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En la arena, el pasto... o el asiento del colectivo

Usted Está Aquí, de Natalia Chami y Romina Bulacio Sak

Entrevista a las creadoras de esta impredecible experiencia teatral

Lunas Cautivas – Historias de poetas presas, de Marcia Paradiso

Documental sobre tres mujeres, tres historias y un penal

Tajada, de Carolina Mazzaferro y Joaquín Sesma (Teatro)



Por Carolina Reznik.

Seis personajes en un hotel. Se podría decir cinco mujeres y un hombre, pero lo cierto es que no es pertinente. En Tajada, las clasificaciones y etiquetas respecto del género no son relevantes. De hecho, el personaje masculino usa zapatos de taco de mujer sin que haya en toda la obra una referencia o diálogo al respecto. Y en la historia hay parejas homosexuales y heterosexuales sin que ello se tematice ni influya en el desarrollo de la acción. 

La obra transcurre en un único espacio, un hotel del que no sabemos nada: ni dónde está ni si está en funcionamiento y tiene otros huéspedes. De los seis personajes tampoco tenemos mucha información. La historia avanza y construye una trama sencilla y típica del melodrama. Porque lo que importa en Tajada es la materialidad de la puesta en escena. La manera en que se representa ese melodrama absurdo. 

Con actuaciones exageradas y canciones con coreografías que se combinan con una escenografía realista e historias de amor tradicionales y propias del melodrama, y otras que hasta pueden resultar escandalosas. 

Todo en la representación está puesto para incomodar al espectador, extrañarlo (la referencia a Brecth es adrede). A diferencia del melodrama tradicional, uno no se identifica con la heroína ni con la historia en el sentido stanislavskiano. Y eso es lo que lo vuelve más interesante, esta parodia que conduce al público necesariamente a reflexionar sobre el género y sobre el teatro, pero, también, sobre cuestiones propias de nuestra época.

Además, la obra tiene un intertexto fílmico variado. El cine de Almódovar está presente y tal vez sea el más visible y claramente intencionado. Pero también resuenan El resplandor y 8 mujeres, como es característico de la parodia posmoderna. 

A nivel espacial, la representación es interesante, una escenografía muy sutil que simula el lobby del hotel y deja ver parte de una extra escena vacía que no es ni el detrás ni el escenario. Especie de limbo en el que los personajes muchas veces se quedan “vagando” al salir de escena.

La actuación es sólida y pareja, lo que imprime agilidad y favorece a algunas situaciones que se vuelven largas y repetitivas. 

En definitiva, lo que este comentario busca resaltar son los múltiples aspectos y sentidos que posee la obra. Sin duda, cada espectador sabrá mirarla y sacar su “tajada”.

Dónde: Espacio Sísmico.
Cuándo: D
omingos a las 21:00. 



Ficha técnico artística
Dirección general: Tamara Belenky.
Asistencia de dirección: Francisca Solari.
Actúan: Camila Brogliatti, Carolina Di Meglio, Carolina Mazzaferro, Maite Rodriguez Chietino, Constanza Rulli y Joaquín Sesma.
Producción ejecutiva: Carolina Mazzaferro.
Diseño de escenografía: Chiara Severi.
Realización de escenografía: Brenda Hirsch y Julio Hirsch.
Diseño y realización de vestuario: Carolina Sagastume.
Diseño de iluminación: Moshe Maya Duarte.
Coordinación musical: Paula Naanim Tellis.
Edición de sonido: Agustina Curci.
Diseño gráfico: Joaquín Sesma.
Dramaturgia: Carolina Mazzaferro y Joaquín Sesma.


Tic tac, el héroe del tiempo, de Omar Álvarez (Teatro)



Por Másako Itoh.

Un señor reloj despertador con chaleco, moño y saco de pana riega flores de pétalos de aspas de ventilador. Un lugar lleno de relojes antiguos de distintos tamaños y sonidos, ruedas de bicicletas que son lámparas, bombillas tenues colgantes y una copa de cristal que resulta ser la más exquisita bailarina.

En su última obra, la Compañía Omar Álvarez construye un universo propio que va más allá del mundo físico captado por nuestros sentidos y que tiene que ver con lo simbólico, con los objetos que se completan a base de la sensibilidad y la imaginación del espectador.   

Tic tac, el héroe del tiempo es una pantomima en clave de alegoría que presenta los avatares de un antiguo reloj despertador en su lucha contra Wifi, un inescrupuloso Movicom de saco y corbata cuya única motivación pareciera ser su extrema rapacidad.

Con personajes que no hablan, pero que se expresan a través de gestos, movimientos y música, la pieza se instala en el límite entre el relato y lo puramente contemplativo, ya que al no contar con palabras, se anula automáticamente la posibilidad de la moraleja, dejando al espectador el camino libre para asignar sus propios significados.

¿Quién es Tic tac? ¿La personificación del tiempo a secas? ¿Del tiempo humano, del tiempo del ocio o del tiempo de la no productividad? ¿Será un dios o un hombre común, o “el hombre común”? 

El personaje cobra impulso gracias a la magnífica manipulación titiritera, acompañada por una atmósfera singular, con reminiscencias a las moralidades teatrales medievales, en las que el protagonista es una personificación de diversos atributos morales, pero donde se deja un amplio espacio al misterio, a lo mágico, a lo que no se puede poner en palabras.

En absoluta armonía con este universo poco habitual, una pantalla hace su aparición. Sus imágenes no chocan ni interrumpen la atmósfera lograda. Unas veces representa la continuidad del espacio teatral, otras veces sobreimprime varias imágenes, generando una sensación de ventana que se abre hacia el infinito para decir algo. Porque, curiosamente, en esta obra donde ningún personaje tiene la palabra, es esta pantalla misteriosa la que tiene voz, y es una voz crítica, por fortuna.

Tic tac, el héroe del tiempo es una de esas joyitas que plantean un verdadero universo simbólico, universo que resulta ser el verdadero hogar del ser humano.

Dónde: Centro Cultural de la Cooperación. Corrientes 1543.
Cuánto: $ 200,00.
Cuándo: Domingos a las 17:00 hs (hasta el 29/04/2018).





Ficha técnico-artística
Autor: Omar Álvarez.
Titiritero: Omar Álvarez.
Diseño original de personajes: Darío “Maraña Gestual” Martínez.
Diseño de títeres y mecanismos: Alejandra Farley.
Equipo de realización de títeres y vestuario: Alejandra Farley, Ioia Iohakura, Javier Laureiro y Efraim Timossi.
Diseño y Realización de objetos: Darío “Maraña Gestual” Martínez.
Diseño y Realización escenográfica: Leticia Ragozzino/Omar Álvarez.
Diseño y realización en Pop Up: Gabriel Civale.
Realización y edición multimedial: Julián Aguirre.
Asistencia técnica: Silvia Biscione.
Diseño de iluminación: Omar Álvarez.
Dirección: Omar Álvarez.


Vientre, de Gabriel Graves y Marcos Arano (Teatro-Varieté)



Por Victoria Cestau.

¿Cómo desarticular todo un sistema? ¿Cómo resignificar nuestras prácticas cotidianas? ¿Renacer? Dejar morir antiguos patrones, tomar conciencia. Un movimiento que al principio incomoda, nos hace sentir extraños, pero -al fin y al cabo- estamos llamados para engendrar el cambio. Un cambio que recorre más de un siglo, un cambio que nace desde donde nació todo: el vientre, un símbolo con varios significados, un espacio donde ahora la Historia debe de ser parida.

Visibilizar ciertas problemáticas sociales ha sido el desafío para algunos artistas. Gracias a su compromiso, hemos podido como sociedad poner en discusión determinados comportamientos, que van desde el uso del lenguaje, hasta la adquisición y naturalización de conductas, visiones y mandatos que ya desde hace un tiempo están oxidando la posibilidad de ser mejores. 

Esta obra tiene el compromiso asumido y el aún más grande desafío de todos los tiempos, de hacerlo a través del humor. Creo que han asumido el mejor y el camino más difícil para hacer teatro: interpelar al público más allá de las pequeñas subjetividades: “me gustó”, “no me gustó”. ¿Qué te sucede como persona cuando vas al teatro y delante de tus ojos el grito feminista se hace poesía?

Me siento en la butaca como público y lo primero que me genera es la provocación de ser mujer en este siglo, de ser clown como las compañeras que veo y de sentirme totalmente identificada. De ver en sus reclamos y su arte una parte mía allí, que se proyecta de una forma fantasmagórica, porque viene de antes, de recorridos históricos, de nombres de mujeres que resuenan en la sala y que con sólo pronunciarlas se me eriza la piel. Entonces escribo esta reseña desde la mujer que sueña, quiere y lucha por un mundo mejor. 

La obra es una cita obligatoria para todas nosotras y para todos aquellos varones que también quieran la igualdad de derechos que nos corresponde. Vayan a verla, vayan en grupo, discutan después, estamos continuando una lucha que siempre existió, porque siempre hubo desigualdad. 

Vientre nos recuerda de dónde venimos. Una canción de cuna. Un llanto, un grito, los primeros pasos, un reclamo que celebramos desde el arte.   
  
Cuándo: Domingo, 20hs.
Dónde: La Carpintería, Jean Jaures 858 – CABA. TEL: 4961-5092.
Cuánto: $250. Jubilados y Estudiantes: $200.

Fícha técnico artística
Dirección Musical: Ian Sifres.
Dirección: Marcos Arano.
Elenco: Victoria Pescara, Marcelo Sapoznik, Rodrigo Frascara, Luna Ventura, Carolina Maldonado, Manuel Oucinde, Luciana Ramos, Paola Sanabria, Manuela Bottale, Rocío Rodríguez Paz, Florencia Catenaccio, Alejandro Jorge Dubal, Viviana Lastiri, Lala Buceviciene.
Músicos: Agustín Vanucci, Bruno Leichman, Eugenia Blanco, Franco López Lameiro, Gina Locatelli, Jazmín Laurenza, Olivia Dalez.
Cantantes: Eugenia Encina, Liliana Isaguirre.
Dramaturgia: Gabriel Graves y Marcos Arano.
Diseño de luces: Alejandro Velazquez.
Escenografía: Marcelo Valiente.
Vestuario: Jazmin Savignac.
Utilería: Ileana Vallejos.
Coreografía: Gabi Goldberg.
Máscaras: Andrea Picón, Nicolás Roura Picón.
Diseño de esqueletos: Paola Sanabria.
Diseño de arte: Romina Salerno.
Prensa: Mas Prensa, Cecilia Dellatorre y Analía Cobas.
Asistencia de Dirección: Julia Pinedo y Carolina Portnoy.
Producción Ejecutiva: Viviana Lastiri.
Co-Producción: Fundación CYC Arte.Industrias Culturales.
Duración: 80 minutos.

Poema ordinario, de Juan Ignacio Fernandez (Teatro)


Por Patricia Signorelli.

Una casa a la vera de un río. Una familia, o lo que queda de ella, compuesta por una madre, una hija, un ingeniero que vino por trabajo y les alquila el cuarto del fondo, y -finalmente- un hijo que vuelve después de algunos años. Todos ellos son los personajes de esta historia, quienes habitan las noches de la casa entre cervezas y charlas que, por un lado, van develando una trama familiar de ausencias y secretos y, por el otro, son el escenario de una historia de amor. 

Las noches se suceden en el tiempo de un ciclo lunar, mientras la casa es amenazada por un animal extraño que viene del agua y acecha en la oscuridad. No se ve pero se oye, también se oyen los rumores que hablan de jóvenes que aparecen muertos en el río. Sin embargo, la amenaza real de esta familia no viene de afuera, sino de su propia conformación, una amenaza que retorna y habita en el corazón mismo de los lazos, en el secreto de un abuso incestuoso y en la pelea por la vida.

La idea de ciclo, de construcción circula, no se corresponde aquí con la repetición exacta, sino con la certeza de que en cada retorno lo que suceda va a ser peor, como el anuncio de un final irremediable que se escribe en cada huida y regreso del hermano. La destrucción se incrementa a pesar del amor, tanto filial como pasional.  El espectador no puede escapar a esa sensación de que nada evitará un destino fatal, solo la detención momentánea, es decir, el aplazamiento en el tiempo que provoca el abandono del hermano.

Una bella propuesta, y un mundo que nos invita a entrar desde el momento preciso en que ingresamos a la sala y esperamos a que comience la función, sentados en esas sillas que luego, como por arte de magia, se vuelven parte de la escena. En relación a esto hay que destacar principalmente el trabajo escenográfico de José Escobar, el diseño sonoro de Agustín Valero y el diseño lumínico de Soledad Ianni, ya que juntos logran construir un espacio tan contundente como atrapante.


Un trabajo que conjuga todos los elementos que componen una buena obra de teatro:  un muy buen texto del dramaturgo Juan Ignacio Fernández (que ha recibido el Segundo premio del 19° Concurso nacional de obras de teatro del INT), buenas actuaciones y una muy buena puesta en escena.  

Poema Ordinario puede verse en la sala Moscú, Camargo 506 Caba, los sábados a las 22:00 hs. y los domingos a las 18:00 hs. Las entradas están a 250p y 200p (hay descuento para jubilados y estudiantes).


Ficha técnico artística
Dramaturgia: Juan Ignacio Fernández.
Actúan: Cecile Caillon, Fernando Morales, Julieta Timossi, Ignacio Torres.
Diseño de vestuario: Eugenia Limeses.
Diseño de escenografía: Jose Escobar.
Diseño de luces: Soledad Ianni.
Diseño sonoro: Agustín Valero.
Fotografía: Pilar Montaron.
Diseño gráfico: Tatiana Schumovich.
Asistencia de dirección: Fernanda Pérez Bodria.
Prensa: Carolina Alfonso.
Producción ejecutiva: Cecilia Santos.
Dirección: Lisandro Penelas.