Revista Lucarna

Una Mirada sobre las artes emergentes

Poesía + Fotos para todos los gustos

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Libros para leer en otoño

En la arena, el pasto... o el asiento del colectivo

Usted Está Aquí, de Natalia Chami y Romina Bulacio Sak

Entrevista a las creadoras de esta impredecible experiencia teatral

Lunas Cautivas – Historias de poetas presas, de Marcia Paradiso

Documental sobre tres mujeres, tres historias y un penal

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Un domingo cualquiera, de Florent Bergal (Circo)




 Por Victoria Cestau

ProyectoMigra es una cooperativa cultural de trabajo que se crea en el año 2015. Integrada por siete amigxs, artistas circenses, productorxs, gestorxs, técnicxs y docentes de nuestro país: Tato Villanueva, Maria Paz Cogorno, Gabi Parigi, Tomi Soko, Flor Valeri, Leticia Vetrano y Juan Manuel Jodar. Trabajan en co-producciones con otros países como Francia y Uruguay. Fue declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura Argentino y Uruguayo. Este centro cultural en movimiento trabaja en una gran carpa, realizando un teatro itinerante tanto a nivel nacional como internacional. Afirman que el Circo cambió y que ellos y ellas son parte de este cambio. Sus creaciones dan cuenta de ello.

Un domingo es un espectáculo de circo contemporáneo dirigido por el francés Florent Bergal en creación colectiva con Proyecto MIGRA, La Cía. NIDO y Florent Bergal. Este espectáculo impulsado desde el Festival Internacional de Circo Independiente (FICI), el cual se presentó durante su 4° edición en noviembre de 2018, se repone en el Galpón de Guevara durante este año.

BREVE HISTORIA

Desde hace unas décadas la dramaturgia circense viene trasformando sus clásicas puestas y estructuras, no sólo dejando atrás los animales, el presentador y los números sueltos, este circo no se origina en las viejas compañías familiares de cirqueros. Actualmente el circo se posiciona como un lenguaje ancestral que se ha sabido actualizar a través de la incorporación de otras artes como el teatro y la danza.

A partir de los años 80, el circo comenzó una nueva etapa, dos factores colaboran con este fenómeno: el primero, su difusión, práctica y enseñanza se vieron aumentados considerablemente. El segundo está marcado por la influencia del denominado Nuevo Circo, surgido en Francia y Canadá a partir de la década de los ´70.

Frente a la llegada de la modernización, el circo, como el lugar más paradigmático de trabajo, comienza a renovarse: la demanda de distintas especializaciones y capacidades para desplegar frente a los espectáculos cada vez más exigentes, la institucionalización del aprendizaje circense y la mercantilización del arte (su exponente más claro es el Cirque du Soleil, que lleva espectáculos de circo por todo el mundo funcionando como una empresa), han generado un punto de inflexión considerable, alejándolo de sus orígenes (compañías itinerantes familiares). 

A nivel local, todo este proceso moderno del fortalecimiento y re valorización de las Artes Circenses se ve reflejado en el campo educativo. La legitimación académica de este arte se concretó en el año 2009 cuando se crean las carreras de circo en la UNTREF y la UNSAM.

UN DOMINGO

El día que la familia se reúne a comer es un ritual cotidiano que forma parte de nuestra experiencia. El domingo es el día y el momento donde nos sentamos frente a frente. En el comer se descubre la vida social donde los ritos contemporáneos manifiestan las prácticas sociales de la comida. La mesa se convierte en el lugar donde aparece la regularidad de las comidas y por lo tanto el momento donde la institución familia se conversa, se retrata, se construye. 

El banquete va dibujando un esquema determinado de orden a la hora de comer; las normas se imponen a las necesidades fluctuantes del individuo particular. Este tipo de socialización exige una serie de modales que son sometidos a los principios estéticos y sociales del comer, que van desde la forma correcta de tomar el cuchillo y el tenedor, hasta los temas adecuados para conversar en la mesa. La socialización de la comida implica no solo saciar el apetito sino que también exige una satisfacción estética, producto del entorno social que envuelve al individuo. 

Alrededor de la mesa, los integrantes de una familia atemporal se juntan. Sus personajes son tétricos, cómicos y extravagantes. La maravillosa composición que desarrollan tanto en sus vestuarios, escenografía, como en su cuerpo mezcla un aire de cierta nobleza venida a menos. Un pequeño guiño que parodia a ciertos comportamientos y mandatos sociales. Sus movimientos y despliegue con vajilla de época, nos sumerge en una especie de pasado que se actualiza a través del texto teatral y algunas improvisaciones de crítica política. Esta práctica actoral nos remite al procedimiento del actor popular argentino así como a “la mecha carnavalera” de los murguistas uruguayos.  

Esta pieza de circo busca despertar en el público asombro, sorpresa, admiración y humor. Este asombro se encuentra directamente vinculado con el uso y apropiación de las técnicas circenses. La formación y dominio del intérprete de una o varias disciplinas circenses es una diferencia fundamental en relación a otros artistas escénicos. Durante el desarrollo de la obra se apreció en distintos momentos, malabares, manipulación de objetos, trapecio, acrobacias aéreas y de piso, además de incluir procedimientos actorales de humor del clown. 

La potencia, la velocidad y las hazañas volcadas en la obra construyen una dramaturgia compleja que puso en dialogo los cuerpos, los objetos y sobre todo la belleza del movimiento de los y las intérpretes. La precisión, el ritmo y la armonía construyen pasajes de partituras escénicas donde las acciones físicas desafían las leyes de gravedad. Acróbatas de excelente técnica, desplegaron además de un virtuosismo impactante, momentos de silencios y tensión dramática que nos dejaban respirar lo justo para volver a seducirnos en ese mundo de fantasía y cruda realidad a la vez.

El tratamiento de esta creación colectiva, re significa una práctica cotidiana (comer) en un acto poético donde los cuerpos de los performers son el centro de la escena. El Circo contemporáneo nacional está cambiando y esta obra presenta talentos y un excelente trabajo integral. Vayan a verla es impresionante.

Cuándo: viernes 23 hs. y sábados 20 hs.
Dónde: El Galpón de Guevara (Guevara 326, CABA)
Cuánto: $350 | Promo 2 x $600
Reservas: 4554 9877 | Alternativateatral
Público: ATP, a partir de 8 años.
Duración: 60 min.

Ficha técnica
Elenco: Tato Villanueva, Florencia Valeri, Gabriela Parigi, Juan Fernández, Sofía Galliano, Tomás Sokolowicz
Asistencia de dirección: Leticia Vetrano
Producción general: Pier Paolo Olcese
Producción ejecutiva: Tomás Sokolowicz
Vestuarios: Celina Santana
Asistencia de iluminación: Carolina Rabenstein
Producción: FICI - Galpón de Guevara, Proyecto MIGRA
Dirección: Florent Bergal

Venir tan lejos, de Guadalupe Lombardozzi (Teatro)


Por Másako Itoh

Una escalera tipo pintor en el centro del escenario, que a lo largo de la obra sufrirá sucesivas transformaciones: será paisaje, será espacio privado y hasta telón de fondo de una escena entre títeres.  Un antiguo vestido de novias, a modo escultura colgante que cae vertical desde el techo, y que también -a su manera- nos contará una historia, justo un rato antes de cobrar vida. 

Venir tan lejos, de Guadalupe Lombardozzi, es un entramado de experiencias artísticas: teatro de objetos, dramaturgia del espacio e instalación artística, reunidas para dar cuenta de tres generaciones de mujeres: abuela, madre y la propia intérprete.

Escrita a partir de cartas y recuerdos familiares de la autora, Venir tan lejos es una biopic teatral, una suerte de biografía contada en primera persona con objetos y títeres que despliegan grandes imágenes poéticas y momentos teatrales, donde el contenido resulta totalmente inseparable de la forma.  
  
Por un lado, el abordaje del espacio en el escenario, tanto a lo ancho como a lo alto: la utilización del piso y los objetos en altura con su gran poder de destaque y evocación de un orden superior; por otro lado, la percepción del tiempo, en tanto sucesión episódica de momentos que construyen la historia familiar de la artista, pero, también, el tiempo entendido como la simultaneidad del presente eterno -el tiempo oriental- donde conviven con uno mismo, los antepasados en una unidad sin fin. De esta manera, Venir tan lejos podría pensarse como la reunión de tres generaciones evocadas en el cuerpo viviente de la actriz, en la metáfora de los objetos y los amorosos movimientos que despliega sobre el escenario. 

Viernes 21 horas en LA GLORIA. ESPACIO TEATRAL. Yatay 890.

Ficha técnico-artística
Autoría:  Guadalupe Lombardozzi
Dramaturgia del espacio:  Guadalupe Lombardozzi
Actúan: Guadalupe Lombardozzi
Diseño de objetos: Guadalupe Lombardozzi
Realización de objetos: Maraña Gestual, Valeria Dalmon, Myrian Salto
Prensa: Romina Pomponio
Co-Dirección: Alejandra Hollender
Dirección:  Laila Duschatzky


Desnudez, de Carolina Mazzaferro (Teatro)


Por Carolina Reznik

Según el Diccionario del teatro, la parodia es “Una obra o fragmento textual que transforma irónicamente un texto anterior burlándose de él a través de toda suerte de efectos cómicos.” (Pavis, 2003: 328). El “texto anterior” es entendido en un sentido amplio: puede ser efectivamente un texto dramático o literario pero, también, un discurso hegemónico, una época, una corriente estética, entre miles de variantes. Se entabla un diálogo entre lo parodiado y lo parodiante y este último constituye un metadiscurso crítico respecto del primero. Asimismo, para que la parodia tenga efecto es importante que el espectador sea parte del diálogo en el sentido de que pueda comprender que se trata de este tipo de poética teatral . Es por eso que, como cualquier objeto artístico, la obra instaura un código a través del cual genera ese sentido paródico. 

Desnudez, de Carolina Mazzaferro, nos muestra una Mar del Plata de finales de la década del 30, una familia de clase alta que sigue las normas pero en la que todos sus integrantes, en realidad, quieren escapar de ellas. Monserrat se refugia en la escritura para evadir el mandato de su madre de casarse con un pretendiente que ya está elegido. Luisa, que no forma parte de la familia, encuentra en la playa la libertad que tanto anhela. Vicente controla que su hermana cumpla las reglas pero él también quiere algo diferente. Antonia, la madre, tiene un pasado en el que supo seguir sus deseos y revelarse. Una narradora musical, a la manera de un testigo omnipresente, acompaña y comenta los hechos. 

La propuesta es interesante porque se trata de una parodia fragmentaria compuesta, a su vez, por pequeñas parodias. No en el sentido de cajas china. Las diferentes situaciones no llegan a armar un código a nivel formal entre sí. Todas ellas atravesadas por la misma historia, el mismo espacio, la misma ansia de libertad. De esta manera fragmentaria se construye un sentido que cuestiona toda una época que resuena hasta hoy, con sus mandatos sociales, los ricos y los pobres, el “deber ser”, el amor “perfecto” heterosexual y hasta el hecho ridículo de tener que ir a la playa con traje de baño. 

A nivel visual, la puesta sorprende por su hermosa sencillez que es, a la vez, muy precisa. La playa y el mar están representados por dos estructuras simples pero que son habitadas de una manera tan certera por los personajes que no quedan dudas espaciales. El vestuario, por su parte, señala una temporalidad que, junto con las explícitas referencias a “las Ocampo”, precisan una época.  

Desnudez nos recuerda que, aún hoy, vivimos en un mundo lleno de prejuicios en el que las normas generalmente asfixian. Y que, a veces, el simple acto de sacarnos la ropa implica toda una declaración de principios. 


Ficha técnico-artística
Dramaturgia y dirección: Carolina Mazzaferro
Asistencia de dirección: Jazmín Broitman
Actúan: Ana Antony, Camila Brogliatti, Francisco Darré, Malena Rodriguez y Joaquín Sesma
Diseño musical y voz en vivo: Maite Rodríguez Chietino
Canciones basadas en “La vida infinita” y “Envejecer” de Silvina Ocampo
Diseño de iluminación: Moshe Maya Duarte
Diseño y realización de escenografía: Maricel Aguirre
Diseño y realización de vestuario: Paula Ameri
Diseño gráfico: Joaquín Sesma
Producción general: Lautaro Heger 


TEATRO ANFITRIÓN
Venezuela 3340, Almagro
Viernes 22.30hs
Duración: 70 minutos
Entrada: $250 / $200 estudiantes y jubiladxs



En mí, de Sol Pávez (Teatro-Entrevista)





Una acumuladora de recuerdos ajenos encuentra una particular manera de habitar la ausencia e intentar ser visible para quién ya no está. En su pequeña utopía descubre diferentes e hilarantes utilidades en objetos perdidos, olvidados, desechados en el tiempo por otros. De los propios, eligió quedarse solo con un recuerdo, un pequeño lunar rojo, un pequeño punto que fugó al infinito, un recuerdo que a veces, son todos los recuerdos. De eso se trata En mí, obra de Sol Pávez, con quien charlamos en esta entrevista:


Revista Lucarna: ¿En qué consistió la investigación que dio como resultado la trilogía de la que forma parte En mí?
Sol Pavéz: En la idea de indagar en la reinterpretación de mismos elementos en distintos tiempos, espacios y poéticas. Un monólogo y una música que compuse que se repiten en las tres obras, es decir que se genera una intertextualidad entre Munus, la ilusión y en Mí sin compartir una misma temática narrativa. Me interesaba experimentar como podría funcionar un mismo elemento repetido de esta forma, como se relata el elemento en otro contexto y como se interpreta.

RL: ¿Cómo fue el proceso de ensayo y el intercambio artístico con la actriz Natalia Casielles?
SP: En un principio consistió en trabajar sobre el texto y el accionar sobre el mismo, luego con la incorporación de los objetos y en una instancia final en la unión de todo esto dentro de la puesta escenográfica y lumínica; la obra muestra en su recorrido y a través de los objetos y luces, una sucesión de distintas imágenes, muy definidas, casi como fotografías o fotogramas de las escenas que se suceden, por esto mismo es que dividí el proceso de trabajo en distintas etapas para que cada una de las formas en las que se percibe contara con la solvencia y el trabajo necesario, y que al unirlas encuentren en su conjunto un universo propio.

El intercambio con Natalia Casielles, actriz de En mí, fue muy enriquecedor, Natalia es sumamente talentosa, comprende lo que se busca, llega a esto con facilidad y  es muy creativa a la hora de componer sus personajes.

RL: Además de tu labor estrictamente artística, fuiste gestora del primer encuentro de dramaturgas ¿cómo ese proyecto?
SP: El proyecto surgió en el 2013 y el Centro Cultural de la Cooperación me abrió las puertas para desarrollarlo, tuvo que ver con la necesidad de visibilizar nuestro trabajo a raíz de tomar conciencia de que casi no teníamos referentes históricas, que por supuesto las hay pero que aún hoy ocupan un espacio menor en nuestro recorrido histórico identitario. Los encuentros apuntaron a repensarnos histórica y contemporáneamente.

Dónde: Abasto Social Club (Yatay 666).
Cuándo: Hoy a las 23:00 es la última función.

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Sol Pavéz.
Actúan: Natalia Carmen Casielles.
Vestuario: Malda Ivoux.
Diseño de escenografía: Lucas Balestrino.
Diseño de luces: Lucas Balestrino.
Realización de escenografia: Lucas Balestrino.
Realización de objetos: Giselle Vitullo.
Música original: Alejandro Kauderer, Sol Pavéz.
Fotografía: Lucas Balestrino.
Diseño gráfico: Toie.
Asistencia de dirección: Milena Montaner.
Prensa: Carolina Reznik.
Dirección: Sol Pavéz.

Rapsodia menstrual, de Regina Ryfenholz (Teatro)




Por Victoria Cestau

Dos actores (rojo y azul) y dos actrices (amarilla y verde) en un pequeño escenario, somos testigos de la intimidad. La historia se monta y desmonta con lxs artistas en escena. La puesta resuelve los cambios de actos con pequeños detalles. La precisión de los cuerpos organiza la escena.  Un invento, un desafío. Una rapsodia. 

La ciencia avanza, los paradigmas se corren, se caen, se cuestionan, la industria farmacéutica y los cuerpos medicalizados. El deseo de cambiar el curso “natural” de los acontecimientos, un profundo debate que pone en primera plana temas de actualidad. El dinero y la producción en la postmodernidad, en esta modernidad líquida que se nos escurre entre las manos. El amor no correspondido, la necesidad humana de amarnos. Una pastilla que revolucionará el mundo.

Ina quiere hallar la fórmula para convertirse en un organismo en esplendor, experimentando con su compañera de piso y reprimiendo sus propios sentimientos hacia Cruz, que desea convertirse en actor. El dueño de su departamento les impone un dead-line: pagar el alquiler una vez al mes, caso contrario, ocurrirá una desgracia. El periodo menstrual converge con todo lo controlable del mundo moderno, rebelándose ante él y remarcando nuestra condición humana.

La obra está rodeada de simbolismo. La confección del vestuario presenta, de forma sintética, el alma de cada personaje. Colores, materiales, formas, se proyectan como parte del relato. Es interesante ver cómo confluyen metodologías de actuación distintas, el realismo que se encuentra durante toda la pieza, se ve alterado por momentos frescos y hasta a veces cómicos, de ruptura de la cuarta pared que proponen detalles musicales, guiños al público, miradas que comparten la trama haciéndonos cómplices de los enredos y conflictos. Una canción, todo vuelve empezar, un ciclo: permanencia y cambio. La obra pone en tensión la realidad que subyace en la rutina. ¿Hasta dónde podemos y queremos cambiar?
  

Dónde: Silencio De Negras. Luis Sáenz Peña 663. 
Cuándo: Domingos 19:00.

Actúan: Camilo Balestra, Lucía Cordeiro, Alejandro Leguizamón y Regina Ryfenholz.
Dramaturgia: Regina Ryfenholz.
Dirección: Micaela Cortina.
Asistente de dirección: Florencia Cione Tissieres.
Diseño integral: Josefa Carla Claude.
Caracterización: María Ángel Quintero.

Papaíto piernas largas. Versión de Lía Jelín (Teatro)





Por Másako Itoh.

“¿Quién es este hombre? ¿Quién ha diseñado este plan poco común para educar a Jerusha?”, se pregunta una joven huérfana, luego de enterarse de que un misterioso benefactor ha decidido mandarla a la universidad, atraído por sus dotes para la escritura. Y ella deberá retribuir con cartas mensuales –que jamás serán contestadas-, describiendo solo lo que respecta a sus progresos académicos y su vida estudiantil.

Pero esta obra no trata de Cenicientas que reciben obsequios de hadas madrinas ni de floristas que aprenden a convertirse en “damas” de la mano de afamados lingüistas. Papaito Piernas Largas es, ante todo, el encantador relato de la formación de un carácter independiente, que a fuerza de coraje y autodisciplina, sin olvidar un muy lúcido sentido del humor, se va develando a través del vínculo epistolar con este misterioso mentor y del contraste vital con sus compañeras de estudios de la alta sociedad. Sin familia alguna, nada ni nadie en el mundo a quien dejar atrás, Jerusha, es el ejemplo cúlmine de resiliencia, lucidez y autosuperación: “¡He aquí una enfermedad que me he ahorrado: la nostalgia!” 

Basada en la novela epistolar homónima de 1912, de Jean Webster; años más tarde llevada al cine, más precisamente en 1955 con producción estadounidense e interpretaciones de Fred Astaire y Leslie Caron; y, mucho más tarde al animé de la mano de Nippon Animation en 1990. La profundidad del libro mismo se manifiesta en sus incontables traducciones y adaptaciones a otros géneros y formatos.

La actual de Papaíto piernas largas en el Cultural San Martín es la más reciente versión para el teatro musical de John Caird y Paul Gordon, que -desde 2008- viene replicándose con exitosas puestas en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Japón, Korea, Perú y México, entre otros. 

La puesta argentina cuenta con la contundencia artística de Juan Rodó (Jervis Pendleton) y la joven promesa Ángeles Díaz Colodrero (Jerusha Abott), bajo la dirección de Lía Jelín y Matías Strafe, y la dirección musical de Santiago Rosso. 

Con un vestuario y escenografías que valen la pena resaltar, se luce el diseño de Vanesa Abramovich, resultando un auténtico estímulo para los cinco sentidos, que se deja ver en cada detalle de utilería y la minuciosidad del gusto lograda en un vestuario impecable y, a la vez, como salido de la novela de Webster.

La desfachatez y espontaneidad de Jerusha es encarnada magistralmente por Díaz Colodrero, quien cautiva con un caudal de voz impresionante, generando una atracción encantadora con el omnipresente Jervis Pendlton, personaje que le calza justo a Rodó, y que hace el contrapunto necesario para hacer crecer el vínculo entre ambos personajes de principio a fin. Y es que, cómo no doblegarse ante la candidez de las cartas de Jerusha, aun siendo un caballero distante y millonario como Jervis Pendlton. “Después de haber vivido 18 años en un cuartel con 20 compañeras de habitación, es una delicia encontrarme solo. Por vez primera en mi vida se me ha presentado una oportunidad de entablar conocimiento con Jesusa Abbot. Y creo que me va a gustar. ¿No lo cree usted así?” El público seguramente así lo crea.

Dónde: El Cultural San Martín (Sarmiento 1551).
Cuándo: Sábados 21h y  domingos 20h (última función: 29 de julio 2018).

Cuánto: $200. Estudiantes y jubilados con acreditación $160.

   
Ficha técnicoartística
Dirección: Lía Jelín. 
Codirector: Matías Strafe.

Producción: Julieta Kalik.
Asistente de producción: Janina Levin.
Elenco: Juan Rodó, Ángeles Díaz Colodrero.
Escenografía: Vanesa Abramovich.
Música: Santiago Rosso.
Vestuario: Vanesa Abramovich.
Iluminación: Matías Canony Y Mario Gómez.
Maquillaje: Carolina Maria Pesce.
Fotografía: Nacho Lunadei.
Director vocal: Juan Rodó.
Video: Matías Sanchez de Bustamante.
Traducción y Adaptación: Rodrigo Rivero.
Diseño Gráfico: Janina Levin.
Diseño de pelucas y peinados: Daniel Laurito.
Prensa y difusión: WE PRENSA.
Música y letras: Paul Gordon/ Libro John Caird.
Orquestaciones: Paul Gordon, Brad Haak.
Basado en la novela de Jean Webster.

El ocaso de un estafador. Versión libre de Juan Gabriel Borkman (Teatro)



Por Celina Ballón.

“El día que escarmiente, habré dejado de ser español, cosa que es imposible, habré renunciado a mis convicciones, cosa que es imposible, o habré muerto”. 

La frase de arriba es de Mario Conde, gran estafador español de fines del s. XX. Juan Gabriel Borkman, su par noruego del s. XIX, es igualmente recalcitrante. Ambos han sido figuras públicas de primera línea, han estado en la cárcel y han salido de ella con la certidumbre de haber hecho lo correcto. 

En el caso de Borkman, el precio es elevado: una vez en libertad, la soledad de su cuarto le sirve de segunda cárcel. Su mujer sólo anhela su pronta muerte -mientras espera que su hija limpie el apellido familiar-, su cuñada le reprocha que la haya abandonado para escalar posiciones y su única hija vive como si él no hubiera existido jamás. Sólo lo visita un antiguo empleado de vida miserable y sometimiento a toda prueba. Aun así, Borkman sigue soñando con rehabilitarse mediante la explotación del hierro. Los nazis tienen los mismos planes y el sueño no podrá ser: morirá en el primer bombardeo de la Luftwaffe. 

Esta es, en resumidas líneas, la versión de Moreira y Velázquez. Hay algunas licencias que nos parece importante señalar. En la obra de Ibsen, Borkman muere en brazos de su antiguo amor, mientras sueña con su reino. Su único descendiente es un varón que no tiene ninguna intención de trabajar. Estamos ante un claro drama edípico: la esposa y la cuñada del banquero se han disputado toda la vida el amor del joven, que ni bien llega a la adultez decide escapar del hogar en compañía de una divorciada mayor que él y dispuesta a mantenerlo (y de una muchacha de quince años para completar el triángulo erótico). No hay aquí ninguna redención posible: el nombre de Borkman colapsa bajo todas las formas de la decadencia.

Velázquez y Moreira son menos derrotistas: Ana Borkman se une a la resistencia porque encarna los valores de la dignidad enlodados por gente como su padre, cumpliendo así –de manera oblicua– el mandato materno. 

El ocaso de un estafador es una obra en la que lo primero que se advierte es la armonía del conjunto, en el que destacan las labores actorales de Moreira y De Santis, con una muy buena química en el escenario. 

Fuera de las licencias que mencionamos, la versión no ofrece más sorpresas (quizás, la más acertada sea la inclusión de la escena en la que Borkman y su esposa vuelven de una fiesta –todavía en tiempos de esplendor– y fantasean con suicidarse juntos, mientras se ríen gracias al champagne).  


Velázquez –preocupado por exponer las miserias de la conciencia cínica que a su juicio caracteriza a todos los personajes- lleva a escena un Ibsen correcto, que puede verse con interés.


Dónde: El Cultural San Martín (Sarmiento 1551).
Cuándo: Martes y miércoles. 20.30 hs (hasta el 31 de julio).
Cuánto: $220. Estudiantes y jubilados con acreditación, $160.

Ficha técnico artística
Autoría: Henrik Ibsen.
Versión: Edgardo Moreira, Marcelo Velázquez.
Intérpretes: Alejo De Santis, Denise Gomez Rivero, Edgardo Moreira, Silvia Perez, Mónica Salvador.
Vestuario: Paula Molina.
Iluminación: Alejandro Le Roux.
Diseño De Sonido: Alejandra D’agostino, Sebastián Pascual.
Diseño Audiovisual: Alejandra D’agostino, Sebastián Pascual.
Fotografía: Manuela Gonzalez Mendiondo, Alejandra Villers.
Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia.
Prensa: We Prensa & Comunicación.
Producción ejecutiva:  Lucía Asurey, Paula Uccelli.
Producción: Juan Iacoponi.
Dirección: Marcelo Velázquez.

Al carajo clown, de Carla Pollacchi (Teatro)



Por Victoria Cestau.

Sus grandes ojos atraviesan al público, su peluca azul llamativa nos provoca simpatía. Se llama Charlotte y es una clown que nos viene a mostrar su propio universo.

Está muy presente. La actriz domina la metodología clown dejándose entrar y salir de la ficción, integrando al público, preguntándole cosas, haciéndolo parte. Juega y contagia. Risas y emociones van apareciendo en distintos momentos del unipersonal, que ya hace ocho años que está en cartel, pasando por distintos teatros del país.

Charlotte se detiene a mirar a público como una adulta que no dejó de soñar. Es pequeña e inmensamente grande. Es mujer y varón. Su expresividad corporal y manejo de recursos es impecable, precisa, graciosa y fresca. Carla Pollacchi se luce en escena, donde se presenta una historia vista desde varios puntos de vista: una escalera, dos corazones, el amor, los mandatos, la seducción. 

Para adentrarnos un poco más en este mundo de juego y deseo, Revista Lucarna quiso charlar con Carla Pollacchi. En las líneas que siguen compartimos parte del intercambio.

Revista Lucarna: ¿Cómo es llevar adelante, como actriz, un unipersonal durante ocho años? 

Carla Pollacchi: Es una experiencia maravillosa. Nunca pensé en estar tanto tiempo con el espectáculo, de hecho, hice otros proyectos, pero Al carajo nos abrió puertas que fueron experiencias maravillosas. 

Cada función fue un aprendizaje, desde la adaptación al espacio, el trabajo con los diferentes técnicos y el trabajo con el público en diversos contextos. 

RL: ¿Cómo se modificó la obra en estos años? 
CP: El clown trabaja mucho con lo personal. En ocho años yo cambié bastante, por lo tanto lo ha hecho mi clown y toda la experiencia que ganó el espectáculo. Si tengo que hablar de cambios grandes, uno es el planteo del conflicto de la obra y otro fue hacer una segunda versión más corta para secundarios.

RL: ¿Cómo nació la idea creativa del espectáculo?
CP: A partir del trabajo de las improvisaciones. De ahí, a medida que fuimos avanzando con la búsqueda de mi clown, también empezó a tener más peso la temática de la obra. Así fueron apareciendo objetos, libros, música y -poco a poco- le fuimos dando forma hasta llegar a lo que es hoy. 

Si bien en un principio la obra estaba planteada para adultos, una de las cosas que nos pasó en estos años fue que el mismo público nos pidió que la hiciéramos para adolescentes. Es muy gratificante ver a los chicos disfrutar del espectáculo como lo hacen los grandes. Cada uno emprende su viaje a los recuerdos (en el caso de los adultos) o a lo que vive (en el caso de los adolescentes).

Hoy a las 22:30 es la última función de la temporada, así que -si no la viste- ya tenés plan de sábado. Es en el Centro Cultural de la Cooperación (Av Corrientes 1543) y la entrada sale 230$ (hay descuento para jubilados y estudiantes).


Ficha artístico técnica
Libro, actuación y diseño estético del Clown: Carla  Pollacchi.
Banda de Sonido compilación: Carla  Pollacchi / Tema Original: Mariano  Pollacchi /Puesta de Luces: Marcos  Tesoro / Operación Técnica: Marcos Tesoro – Graciela Pereyra / Producción Artística: Fusión. Grupo Del mate –Sin Bizcochos- y  D&C Teatro Independiente/ Producción ejecutiva: Pablo López / Prensa & difusión: Simkin & Franco.
Dirección: Marcos Tesoro – Graciela Pereyra.

Gurisa, de Toto Castiñeiras (Teatro)



Por Victoria Cestau.

Se corren todos los límites, las palabras son difíciles de encontrar cuando la experiencia teatral las supera. El mundo se inscribe en los cuerpos, en los cuerpos de los actores y en los cuerpos de los espectadores. Trasmitir lo que una vive en el teatro es recortar lo que sentiste. Pero hago el ejercicio. El ejercicio de poner en palabras lo que mi cuerpo disfrutó. 

El teatro, la parodia, la danza, la acrobacia, la poesía, la música, se entremezclan para lograr una fina obra de arte, que -centrada en los cuerpos de los actores- logra estallarnos los ojos de pura belleza. 

Como un telar inmenso que se descubre en el cielo, las fibras de los talentosos intérpretes tejen la inmensidad de una gauchesca contemporánea que resignifica el género, no sólo en relación al fenómeno teatral, sino también en torno a la sexualidad que navega más allá de una dicotómica apreciación naturalizada (ciudad/campo, hombre/mujer, Teatro/Danza) que hoy nos invita a de construir. 

Las historias cotidianas y simples de diferentes mujeres, protagonizadas por hombres, de una pampa lejana, nos envuelven en un relato fraccionado y unificado al mismo tiempo. Un teatro que, por la belleza de las imágenes y el tratamiento de la danza-teatro, también se acerca al cine, al menos en lo que a sus recursos respecta, caracterizados por la composición de distintas secuencias fotográficas.   

Toto Castiñeiras logra plasmar un horizonte de la Pampa olvidada. Su dirección y concepción de la obra como un todo deja lucir cada aspecto tallado a la perfección. La puesta en escena, el diseño de luces, el vestuario, la música. Me conmueve ver a los actores más vivos que nunca, jugando con sus cuerpos disponibles en todas las direcciones, armando y desarmando escenas, paisajes, habitando mundo, brotando las voces del campo. 

Gurisa es una niña, una joven, una mujer, que danza en la noche, en alguna estrella de un cielo enorme y lejano.  

Dónde: El portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034).
Cuándo: 
Viernes a las 23:00.
Cuánto: Desde $200. 



Ficha técnico artística
Autoría: Toto Castiñeiras.
Actúan: Juan Azar, Francisco Bertín, Nicolás Deppetre, Marcelo Estebecorena, Pablo Palavecino, Fred Raposo.
Vestuario: Daniela Taiana.
Iluminación: Valeria Junquera, Omar Possemato.
Realización de vestuario: Eliana DI Bussolo.
Música original: Javier Estrin.
Diseño: Leandro Chiappa.
Fotografía: Lucas Schlott.
Asistencia técnica: Enzo Bonardi.
Asistencia de dirección: Maqui Figueroa.
Prensa: CorreyDile Prensa.
Producción ejecutiva: Valeria Casielles, Karmen López Franco.
Coreografía: Valeria Narvaez.
Dirección: Toto Castiñeiras.





Entrevista con Pablo Di Pietro, autor de El chico que relataba partidos de fútbol (Literatura)


Por Ariana Perez Artaso.

El periodista y escritor acaba de presentar El chico que relataba partidos de fútbol en la 44° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y en esta entrevista nos cuenta sobre su proceso de escritura, la forma en la que trabajó con su propia historia personal y cómo su profesión se cuela en su pluma.


Revista Lucarna: El protagonista del libro tiene puntos en común con tu
historia personal. ¿Cómo trabajaste lo autorreferencial?
Pablo Di Pietro: Fue progresivo. Al principio era un cuento focalizado en los días de la guerra de Malvinas. La historia era -básicamente- la misma, pero no me cerraba. Empecé a agregarle cosas hasta que la dejé a un lado y empecé a anotar recuerdos de mi infancia, situaciones familiares, en la escuela, lo que surgiera. Ahí le di más forma a Campeonato, el apodo del chico protagonista. Después me ocupé de la estructura y volví a echar a esos recuerdos; aunque los fui retocando para adaptarlos a lo que necesitaba. 

La trama general mandaba, así que lo que quedó en el papel es el recuerdo tergiversado, utilizado como punto de partida. 

El libro tiene otra pata: los excombatientes de Malvinas. Recuerdo perfectamente cuando era habitual cruzarse con algunos de ellos pidiendo limosna en el colectivo o en el subte. O leer en el recuadro de algún un diario que otro excombatiente se había quitado la vida. En eso me basé para construir a Sosita, el otro personaje central de la historia.

RL: Entonces, descubriste la novela dentro de tu propio cuento. 
PDP: Sí. Un amigo escritor, Odiseo Sobico, me dijo que daba para más. Di mil vueltas hasta darme cuenta de que era un relato de iniciación, que es un género me gusta mucho.  

En cada etapa acumulé páginas y páginas de borradores. Fue un proceso caótico pero que, al momento de recortar y reescribir, me permitió tener mucho material. Esta fue la parte más disfrutable. Por lo demás, el recorrido de buscar editorial fue muy duro, casi como escribir otra novela.

RL: ¿De qué manera tu profesión de periodista influye en tu escritura?
PDP: Creo que demasiado. Para bien y para mal. Peleo mucho para dejar los vicios del periodismo en la escritura. Aunque, en este caso el costado mediático del asunto, me sirvió. El protagonista es un fanático del espectáculo del fútbol, al cual sigue a través de la radio, las revistas y la televisión. Así que todo eso está presente en la novela.

RL: ¿A quién le recomendarías el libro y a quién no?
PDP: Es un relato de iniciación con fondo de fútbol. Una novela sobre un tema popular y creo que muy entretenida. Más allá de cuánto te guste el fútbol, todos alguna vez tuvimos once años y alguna desilusión al pasar de la niñez a la adolescencia. Jugué mucho con ese primer vistazo; con la resistencia del protagonista a admitir que las cosas no eran como él creía.

RL: ¿Por qué escribir y, especialmente, por qué escribir ficción?
PDP: Escribo porque me gusta. Me gusta la ficción por el afán de llegar a alguna clase de verdad. A algunos les puede sonar pretencioso, a otros a cliché, pero realmente lo creo. 

Una buena ficción, un buen drama, es mucho más potente y eficaz que cualquier retórica de barricada. Eso fue lo que traté de buscar al tratar la guerra de Malvinas vista por un nene fanático del fútbol.

RL: ¿Qué estás leyendo hoy?
PDP: Terminé el libro de Selva Almada sobre el rodaje de Zama (El mono en el remolino). Me gustan las novelas de Selva; el modo en que retrata los ambientes de los pueblos del interior. Ahora estoy empezando con Patria, de Fernando Aramburu. 

RL: Presentaste el libro en la Feria del libro, ¿cómo viviste este paso? 
PDP: Con alegría y curiosidad. El camino de las novelas suele ser muy sinuoso. Es interesante ver ese trayecto, sobre todo con un tema tan popular. Cuando se habla de Malvinas se hace foco en los combatientes, pero no tanto en la actitud de la sociedad en general. Esa guerra dejó huellas muy profundas, y aún convivimos con ellas.

Detalle
Pablo Di Pietro, El chico que relataba partidos de fútbol.
Del Dragón, 2017.
ISBN: 978-987-1884-66-7.
125 págs., $260.