Revista Lucarna

Una Mirada sobre las artes emergentes

Poesía + Fotos para todos los gustos

Se pueden leer, pero también mirar

Libros para leer en otoño

En la arena, el pasto... o el asiento del colectivo

Usted Está Aquí, de Natalia Chami y Romina Bulacio Sak

Entrevista a las creadoras de esta impredecible experiencia teatral

Lunas Cautivas – Historias de poetas presas, de Marcia Paradiso

Documental sobre tres mujeres, tres historias y un penal

Veo, veo… ¿Qué ves? Cómo descubrir los secretos detrás de las imágenes, de María Cristina Thomson (Entrevista parte 1-Literatura)

       Por Ariana Perez Artaso

Al ver cómo los alumnos de sus talleres de literatura y de la Maestría en literaturas de la Universidad de Cuyo aplicaban estrategias más propias de la decodificación de textos para leer imágenes, María Cristina Thomson (a quien ya conocemos por su Sobre líneas: el libro álbum en el aula) fue ideando la creación de este nuevo libro, una “caja de herramientas”, como ella misma lo define, para abordar cualquier tipo de imagen.

Veo veo… ¿Qué ves? desmenuza los elementos gráficos que emplean dibujantes e ilustradores para transmitir sus mensajes. La propuesta es que el lector pueda identificarlos y apreciar su riqueza, con la ayuda de ejemplos claros que unen texto (a cargo Thomson) e imagen (fruto de la pluma del reconocido dibujante humorístico Alfredo Grondona White). 

Así, las páginas del libro le dan lugar al análisis en profundidad de recursos que van desde la expresividad de las líneas hasta el punto de vista de un personaje o el uso de los valores tonales. Además, la autora realizó una interesante selección de láminas con ilustraciones de libros-álbumes, acompañadas por una síntesis argumental y una guía para leer y pensar cada pieza en detalle.

Esto y mucho más ofrece Veo, veo… ¿Qué ves? Cómo descubrir los secretos detrás de las imágenes. Te invitamos a seguir descubriéndolo de la mano de Thomson en la primera parte de esta entrevista:


Revista Lucarna: ¿Para qué público está pensado el libro?
María Cristina Thomson: Para todo aquel que, interesado por ahondar en la apreciación de imágenes, carece de una formación en artes visuales que le permita acceder al lenguaje pictórico. Es decir, todo adulto que desee conocer más de cerca la intención del artista al plantear una imagen en el soporte que elige, y lo elija hacer de una manera y no de otra.  

En el caso del adulto docente o mediador, conocer la manera de mirar una imagen lo prepara para poder dialogar y compartir con los chicos o jóvenes sus observaciones, sus preguntas, sin tener que por eso “explicarles” o introducirlos a conceptos específicos de lo artístico. En síntesis, a disfrutar de la observación detenida de la imagen.   

RL: ¿De qué manera pensás que los padres en casa pueden ayudar a los chicos a aguzar la mirada frente al lenguaje visual?
MCT: Posiblemente,  una de las maneras más efectivas es exponerlos a materiales  de calidad –libros e imágenes, entre ellos- y por sobre todo a materiales que presenten variedad. A esto sumaría otro ingrediente muy importante: escuchar las observaciones que los chicos hacen sobre todo aquello que llama su atención o les causa sorpresa. Recomendaría, además, visitar con ellos la sección de libros infantiles de la librería de barrio, donde poder mirar distintos libros que les interesen y, siempre que fuera posible, elegir alguno de ellos para llevar a casa.


RL: ¿Cómo trabajaron las ilustraciones con Alfredo Grondona White?
MCT: Al momento de preparar algunas observaciones escritas sobre las estrategias de lectura de la imagen, me encontré bastante abrumada por la cantidad de texto, de palabras a leer que daría a mis alumnos. Fue comentarle a Alfredo y encontrar la solución a semejante problema: solo hacía falta transformar las letras en ¡imágenes! Y con su proverbial rapidez para resolver este tipo de cuestiones, me presentó el que había sido texto escrito, en “imágenes”. 

Estas fueron ideales para preparar una serie de diapositivas con las cuales ilustrar los conceptos, es decir “la teoría” sobre las estrategias y así ofrecérselas a mis alumnos, quienes las recibieron y entendieron con alegría y rapidez. Más tarde, son las que elijo para el mismo fin y las que ilustran la Parte I de Veo, veo.

Sobre el acercamiento de María Cristina Thomson a la lectura de imágenes 

"Tuve excelentes maestros que me guiaron en esta aventura. El primero fue el Dr. Rafael Squirru, director de Asuntos Culturales de la Pan American Union –hoy Organización de Estados Americanos- en la ciudad de Washington, D.C., cuando estudié y viví en ese país.   Su departamento recibía y organizaba la visita y exposiciones de los pintores, dibujantes y artistas en artes visuales de Latinoamérica que iban a Estados Unidos.   Me desempeñé como su asistente y desde allí tuve la oportunidad de aprender a mirar, es decir, apreciar la lectura del trazo y de la imagen de una manera diferente a la acostumbrada.  La frecuente exposición a pinturas, dibujos y además las lecturas que el Dr. Squirru me recomendaba me resultaron invalorables para este “período de formación”, como me gusta llamarlo.

Al regresar a Argentina, conocí al dibujante Alfredo Grondona White con quien compartí 45 años de vida.  Fue el compañero que supo afirmar mi mirada, expuesta también a la diaria observación de imágenes, dibujos, ilustraciones y lecturas.  Y finalmente, menciono a dos excelentes profesoras, Veda Pickles y Rosemary Sladen, quienes desde la carrera de diplomatura en Literatura Infantil y Juvenil de Nueva Zelanda, me introdujeron al universo de la imagen y los textos en los libros-álbum".   

Detalle del libro:
Veo Veo… ¿Qué ves? Cómo descubrir los secretos detrás de las imágenes
De María Cristina Thomson, con ilustraciones de Alfredo Grondona White
Buenos Aires, Del dragón, 2017. ISBN 978-987-1884-59-9. 87 Págs. $380 pesos.

Vacaciones de invierno: El vestido de mamá, de Gustavo Tarrío



Por Másako Itoh.

El celeste no es solamente un color para nenes ni el rosa es solamente para nenas, y tampoco nadie puede arrogarse el derecho a decirles a los niños o niñas con qué pueden jugar. Esta es una de las reflexiones en las que ahonda El vestido de mamá, obra que transita su segunda temporada, esta vez en el Centro Cultural 25 de Mayo.

Este musical para toda la familia, escrito y dirigido por Gustavo Tarrío (Todo Piola y Groenlandia) sobre el homónimo libro infantil de Dani Umpi con ilustraciones de Rodrigo Moraes, relata la exploración de un niño jugando en soledad con un vestido de lentejuelas de su madre, que será también el reconocimiento de su propia singularidad.

Tarrío, con amplia trayectoria en cine y televisión, demuestra en una hora de espectáculo la esencia misma del teatro: su magia, la paradoja de hacernos ver un mundo que en realidad no se muestra. Mediante una puesta despojada, que no precisa más que un piano y pianista en escena, tres actores con impresionantes caudales de voces, juegos de luces, un vestido soñado y un telón de fondo negro, la obra logra cautivar a grandes y a chicos.

Más allá de las excelentes canciones, el trabajo con el ritmo y el sonido ocupa un lugar fundamental sosteniendo la atención de los más chicos, de la misma manera, los gestos y movimientos coreográficos no se reducen a los momentos musicales, más bien podría decirse que tanto lo coreográfico como lo musical forman una continuidad exquisita que reviste y refuerza en todo momento las palabras, haciendo de la pieza una unidad tal que es capaz de desplegar su mundo hasta la enésima potencia.

El argumento gira en torno a la fascinación que tiene un niño de siete años, interpretado por Emiliano Pandelo (más conocido por la conducción de Art Attack), por un llamativo vestido negro de lentejuelas de su madre, llegando a su clímax el día que decide ponerse dicha prenda para ir a jugar al fútbol con sus amigos. 

Las burlas, la vergüenza, pero también el reconocimiento y la defensa de las propias diferencias y singularidades, serán la vuelta de tuerca que harán de este musical risueño y encantador, una obra capaz de emocionar hasta las lágrimas a grandes y chicos. 

Con dirección musical de Guadalupe Otheguy, la propuesta es un singular canto por la diversidad y el respeto al otro, porque en el reconocimiento y aceptación de nuestras diferencias está impreso lo que nos une como seres humanos.

Dónde: Centro Cultural 25 de Mayo, Av. Triunvirato 4444. 
Cuándo: Sábados y domingos, 17:00. En vacaciones de invierno, de martes a domingos, 17:00.
Cuánto: $150. Miércoles de vacaciones de invierno, día popular: $100. Descuentos para maestros, estudiantes y jubilados: $100 (con acreditación.)


Ficha técnico-artística
Sobre textos: Dani Umpi y Rodrigo Moraes.
Actúan: Paula Beovide, Andrés Granier, Emiliano Pandelo.
Dramaturgia y Dirección: Gustavo Tarrío.
Asistencia de dirección: Florencia Siaba.
Diseño de Luces: Martín Patlis.
Vestuario: Emiliano Pandelo, Titi Suárez.
Coreografía: Virginia Leanza.
Música original: Guadalupe Otheguy, Gustavo Tarrío y Pablo Viotti.
Músico: Pablo Viotti.
Producción ejecutiva: Alejandra Menalled.
Director Musical: Guadalupe Otheguy.

Vacaciones de invierno: Tita, la planta maldita, de Juan Cruz Forgnone (Teatro)


Por Másako Itoh.

Adaptación del cuento infantil de Paula Fernández con ilustraciones de Poly Bernatene, Tita, la planta maldita es un musical para toda la familia, último trabajo de la directora Paula Cancela (Ensayo sobre el temor que me da ser una princesa), quien propone un ameno acercamiento a la naturaleza desde la perspectiva de los bichos y las plantas. 

Quito y Piona, un mosquito y una escorpiona, se proponen acabar con Tita, la planta carnívora más despiadada del pantano donde habitan. El conflicto se suscita cuando, Tita, debido a su voracidad y afición por el buen comer, captura a una niña confundiéndola con alguna nueva clase de insecto exótico.

El espectáculo de unos casi 50 minutos de duración, apoya su universo mágico sobre simpáticas canciones y modernosas coreografías, una escenografía que aprovecha texturas, colores y juegos de luces y un muy inteligente vestuario que acompaña de la mejor manera. Sin embargo, sobran las intervenciones de un personaje poco claro, una suerte de narrador que con vestimentas de color verde pero sin representar a ningún insecto o planta en especial y más parecido a un viejo rockero en decadencia, confunde con intervenciones explicativas y con un extraño acento de doblaje.

Por último, las actuaciones de todos los intérpretes, más cercanas a la frontalidad del lenguaje publicitario que a las formas enriquecidas del clown y el bufón, encantan a los más chiquitos, más acostumbrados a los lenguajes televisivos que a otros.

Cuándo: Jueves 27 de julio a las 15:00.



Ficha técnico-artística
Actúan: Mayra Rubino, Juan Cesar Lospennato, Sabrina Romero, Paula Garnier y Lucas Solustri.
Música original: Paula Garnier y Santiago Benitez.
Coreografías: Mayra Rubino.
Diseño y realización de escenografía: Mariano Clemente.
Diseño de luces: Mariano Clemente.
Diseño y realización de vestuario: Negra Maidana Corpus.
Realización de jumper Lalá y pollera Piona: Flor Dacal.
Diseño de gráficas: Tu Vieja.
Ilustraciones originales del cuento "Tita, La Planta Maldita" de Paula Fernández y Poly Bernatene.
Dramaturgia: Juan Cruz Forgnone.
Asistencia de dirección y producción: Verónica Alvarez Tommasi.
Idea y dirección: Paula Cancela.


Acerca de Paula Cancela
Durante el 2015 dirigió "Y como no se pudrió... Blancanieves" de Angélica Liddell en el Camarín de las Musas y "Ensayo sobre el temor que me da ser una princesa" donde con una perspectiva crítica feminista se apropia de los relatos ficcionales de las princesas para poner en discusión las construcciones sexo-genéricas. Su ópera prima como directora fue "Eso que falta" que estuvo en cartel por dos temporadas en El Camarín de las Musas. Actualmente es ayudante de la Cátedra Velázquez de Dirección I, Universidad Nacional de las Artes, coordina actividades en colegios con perspectiva de género, y está ensayando para el festival Porvenir: "Princesa del Futuro".

Hacela corta Beckett, versión y adaptación de Rubén Pires y Hugo Halbrich (Agenda-Teatro)


El espectáculo que puede verse en El Tinglado reúne obras breves de Samuel Beckett, con versión y adaptación de Rubén Pires y Hugo Halbrich, y supervisión del investigador beckettiano Lucas Margarit. 

"La selección de las obras cortas, no tan representadas, tiene como objetivo que el espectador habite, en un lapso de 65 minutos, diversas aristas del universo Beckettiano", explica Pires sobre Hacela corta Beckett

Se trata de La Mecedora, pieza en la que una mujer se pone el vestido de fiesta de su madre y se echa a morir en su mecedora mientras recuerda sus días; Monologo, en la que un hombre que tiene 30.000 noches de fantasmas, hace un recuento de su existencia; Va y Viene, que tiene a tres excompañeras de estudios encontrándose fugazmente a recordar episodios de su adolescencia; Ohio Impromptu, obra en la que un hombre solitario recibe noche a noche una extraña visita que comparte su soledad; Pisadas, con una mujer de 40 años que queda atrapada en un recuerdo de su madre del que no puede liberarse; y Play, en donde dos mujeres y un hombre atrapados en urnas nos dan su interpretación de un triángulo amoroso que les tocó vivir.

Para su puesta en escena, se eligió "una teatralidad manifiesta, poniendo a la vista los hilos de la misma, con el fin de transitar una construcción conjunta entre los actores y el público", concluye Pires.


Dónde: Tinglado, Mario Bravo 948.
Cuánto:  $300. Est. y Jub $190. 
Cuándo: Martes a las 20.45.

Ficha técnico-artística
Autor: Samuel Beckett, con traducción y adaptación de Rubén Pires y Hugo Halbrich (supervisión Lucas Margarit).
Actúan: Jessica Schultz, Gerardo Baamonde, Celeste García Satur, Marina Tamar, Eduardo Lamoglia, Gerardo Baamonde, Carlo Argento.
Vestuario: Juan Micheli.
Escenografía: Pablo Graziano.
Diseño de Pelucas: Miriam Manelli.
Diseño de Maquillaje: Analía Arcas.
Dirección: Rubén Pires.



Vacaciones de invierno: Un viaje sin fin, de Compañía Amichis



Por Másako Itoh.
Mucho más que una visita guiada, Un viaje sin fin es una propuesta que entremezcla a la perfección lo lúdico con lo educativo, en un recorrido donde a través de la arquitectura y los objetos aprendemos las características e historia del Teatro Nacional Cervantes.

Próxima a las variantes del teatro en espacios no convencionales, los actores/guías del grupo Amichis a través de un GPS de cartón y en clave de clown, profundizan en la percepción y resignificación de cada una de sus instalaciones: Sala María Guerrero, Sala Orestes Caviglia, escaleras, palcos y plateas, entre otros sitios.


A través de siete microescenas con títeres, clowns y un vestuario con reminiscencias de piratas, caballeros y princesas, el espacio se vuelve puntapié para un recorrido histórico con anécdotas y datos curiosos sobre los avatares del edificio y la cocina del teatro: “¿Por qué los palcos de la sala María Guerrero son bajos?”, “¿Y por qué los actores se dicen “mierda” antes de cada función”?.

Escoltados por la sonrisa amable de los mismísimos acomodadores del teatro, el laberíntico recorrido se envuelve en una atmósfera minuciosamente creada, a partir del aprovechamiento de luces, sonidos y colores, combinada con la precisión de unos actores que logran emocionar hasta al público más difícil, el de las diez de la mañana.

Cuánto: 90 pesos. Descuentos a jubilados, docentes y estudiantes con acreditación
Cuándo: Funciones para escuelas. Para más información consultar a gestiondepublicos@teatrocervantes.gob.ar.
Última función 06/12/2017. En vacaciones de invierno puede verse el miércoles 26 de julio a las 10:00.
Dónde: Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815, CABA. 

Sobre la Compañía Amichis

Con algo más de una década de trayectoria, el grupo liderado por Cecilia Miserere (Dirección), Martín Palladino, Virginia Kaufmann y Giancarlo Scrocco ofrecen propuestas para toda la familia donde su sello característico es combinar el humor absurdo con la impronta del clown. Otra de sus obras, Aquel loco elenco (CCC) es un día de ensayo de tres artistas callejeros, Bambalina, Proscenio y Parrilla que buscan encontrar el género teatral que mejor los represente. Martes a domingos 16:30, en el Centro Cultural de la Cooperación (Hasta 30/07).

Ficha Técnica-Artística
Grupo Amicis: Anita Gutiérrez Anastasia Martín Palladino Martiniano Pablo Palavecino Pablov Giancarlo Scrocco Eugenio.
Producción y asistencia de Dirección Lucía Quintana.
Música Original Leandro Iglesias Iluminación Ricardo Sica Vestuario Analía Morales.
Dirección: Cecilia Miserere.


Vacaciones de invierno: Actividades gratuitas en la Usina del arte


Las vacaciones de invierno arrancaron en Buenos Aires, por lo que compartimos algunas actividades interesantes que van a tener lugar en la Usina.

Lunes

A las 17:00 van a estar en el Auditorio Los Cazurros con su show Diversión: un villano súper poderoso intentará robar el cajón de juguetes de Los Cazurros y lo esconderá en un singular Parque de Diversiones. 

Martes

A las 16:00 en el Foyer, Andrés Lozano estará a cargo de un taller imperdible, en donde los chicos aprenderán la receta para dibujar un superhéroe.  

A las 17:00 en el Auditorio habrá un concierto musical en vivo para toda la familia: Volverte a encontrar, una selección de los mejores temas de Carlos Gianni  y Hugo Midón.

Miércoles 

A las 16:00 en el Foyer llega Usina eléctrica: el arte y la energía eléctrica se cruzan para dar lugar a la experimentación y la sorpresa. 

A las 17:00 en el Auditorio se podrá disfrutar de Leandro, Trabajo Práctico Nro.1, una creación de Gerardo Hochman, con la Compañía de teatro acrobático de la Universidad de San Martín. 

Jueves 

A las 15:00 se presentará Koufequin Acústico. 

A las 17:00 en el Auditorio estará el Dúo Karma- Música cubana para toda la familia. 

Viernes

A las 16:00 llega a la Calle Interna Estación de Burbujas. Las burbujas son siempre un punto de atención, un lugar para el asombro y un momento de tranquilidad. 

A las 17:00 en la Sala de Cámara, Tito y Coloso presentan Una historia confusa y redonda, en la que harán, con escenas dinámicas e interactivas, un viaje hacia el bosque encantado, donde habrá personajes para morirse de risa.



                     


El gran circo pobre de Timoteo, de Lorena Giachino (Cine)


Por Luz Moreira.
Un poco de historia

René Valdés (Timoteo) y Darío Zúñiga, los fundadores del circo Timoteo se juntaron en el año 1968: René había consolidado su número de cómico en el papel de Timoteo, luego de desilusionarse del teatro; Darío amaba el circo desde niño, a pesar de que su madre le prohibía verlo.
Eran los tiempos en que los grandes circos recorrían el país. Eran los últimos años de los convites, rito que desde 1850 precedía el show: verdaderas procesiones por las calles para publicitar las funciones. Todo los artistas avanzaban caracterizando a su personaje y las bandas tocaban los bronces con la cadencia de la calesita circense.
Después de integrar el elenco del circo Capitol, gran referente de la época, a René le ofrecen contrato en el importante circo Frankfort para actuar su número de Timoteo. A Darío sólo le ofrecieron la boletería. La necesidad de tener su propio circo los lleva a levantar, sin nada de dinero, una pequeña compañía. El mito cuenta que negociaron el préstamo de una carpa llena de agujeros y comenzaron su primer gira por la zona central de Chile. Era un verdadero circo "rasca", como se les llamaban en la jerga popular. Un circo pobre, marginal.
Con más de 40 años de vida ininterrumpida, hoy el circo Show Timoteo se debate entre la vida y la muerte.

Las cosas se cargan con el espíritu de quienes las gestan


El documental de Lorena Giachino, El gran circo pobre Timoteo, nos muestra el cotidiano de un  grupo de artistas que, tras la muerte de Darío, lleva una lucha diaria para sobrevivir. Cual familia unida, se esfuerzan por mantener el arte de uno de los circos “rascas” más importantes del país y evitar la disolución de lo que se nos presenta como un hogar constituido y unido como pocos.
René Valdés, último eslabón de esta tradición show circense, de un circo único en su especie, se encuentra a puertas del inminente término de su carrera. A través de imágenes cotidianas de la vida circense, el documental se adentra en la vida íntima de René y su familia de artistas, putos y travestis pobres. 

Si bien, la tradición circense se caracteriza por ser transmitida a través de generaciones de abuelos, padres e hijos, este circo show muestra que la familia puede estar tanto más lejos de los lazos sanguíneos y tanto más cerca de la identidad compartida y el amor por el escenario. Constituyendo el transformismo como vía expresiva y artística que recorre pueblos y ciudades de todo el país.
René Valdès, padre y madre de una familia de artistas circenses, es el foco de la historia que Lorena Giachino nos presenta. Desde una perspectiva emotiva, es inevitable preguntarse por estas humanidades agrupadas, generando hogar e identidad. Vemos en su estética e impronta vital lo que implica ser puto, pobre y artista en un país donde la cultura no se concibe como una necesidad.

“Las cosas se cargan con el espíritu de quienes las gestan”, entonces ¿cómo continuar el show sin René?

Ficha técnica
Dirección: Lorena Giachino.
Guión: Lorena Giachino.
Montaje: Juan Pablo Sarmiento.
Dirección de Fotografía: Pablo Valdés.
Sonido: Juan Pablo Manriquez.
Asistente de dirección: Loreto Contreras.
Producción: Paola Castillo, Pablo Ratto.
Compañías productoras: Errante (Chile) / Trivial Media (Argentina).
Países: Chile – Argentina.
Duración: 75 minutos.


Reconocimientos y festivales
Premio del Público, FicViña 2013, Chile.
Mención Honrosa del Jurado de Largometraje Latinoamericano, FicViña 2013, Chile.
Mejor Documental, Santo Domingo Outfest 2013, República Dominicana.
Mención Especial del Jurado, FECIR 2014.
Premio del Público, FemCine 2014, Chile.
Premio del público Competencia Nacional Fidocs 2014.
Mejor Dirección, FECICH 2014.
Premio Especial del Jurado, FECICH 2014.
Mención Especial del Jurado, FEDOCHI 2014.
Mejor largometraje documental FECICA 2015.
Mejor Documental Círculo de Críticos de Arte de Chile.



The Rocky Horror Show, versión de Andie Say



Por Mirko Gómez. 

Uno de las tantas cualidades que convierte a un proceso artesanal en una obra de arte propiamente dicha es su trascendencia. Aun siendo un reflejo temporo-espacial del ambiente en el que fue gestada, tiene la suficiente atemporalidad como para ilustrar a las generaciones que la procederán. Esto sumado a un reaccionar social, es lo que sucede en el arte con el fenómeno conocido como “obra de culto”. Teniendo en cuenta que el arte de mayor masificación es el cine, la denominación generalmente se aplica los films, pero en realidad podría ser aplicable a todas y a cualquier obra de arte de cualquier rama del arte. 

La apoteosis de la obra de culto como suceso sociocultural es, sin duda, The Rocky Horror Picture Show 1975, de Jim Sharman, un film musical inglés en plan comedia, que se encarga tanto de parodiar a las películas serie B de ciencia ficción estadounidense de los ‘50s y al cine clásico de terror de la Universal, como de invocar al clásico literario de Mary W. Shelley, Frankenstein. 

Con libreto y canciones compuestas por Richard O´Brien, el film fue concebido originalmente como pieza teatral. Con el nombre The Rocky Horror Show, se estrenó en 1973, en Londres, y se mantuvo en cartelera por siete años, logrando así un total de 2.960 presentaciones. 

Si bien TRHS tiene como fundamento central alcanzar el libre gozo del placer sexual a través del desmantelamiento de los modelos y valores morales impuestos por la sociedad y la religión cristiana, el público -en su mayoría gay- hizo una lectura del film catártica. A fines de la década de 1980 en los cines de Nueva York, donde se proyectaba la película a media noche, muchos comenzaron a llegar a las funciones disfrazados como sus personajes y, al poco tiempo, ya conocían las canciones, las coreografías y recitaban los diálogos de memoria. Encontraron allí la libertad para ser quienes eran realmente sin ser juzgados ni excluidos por nadie.

Alrededor del mundo el fenómeno se extendió. Después de haber sido estrenada en Broadway y haber girado por nueva Zelanda y Río de Janeiro, la obra llegó a Buenos Aires en 1994. Las funciones eran en el teatro Del Globo, y la puesta en escena estaba a cargo de Richard Malcom y con Jean Pier Noher en el personaje principal. Veintiséis años después, TRHS vuelve a ser estrenada, esta vez en el teatro Maipo y dirigida por Andie Say. 

Transitando ya su segunda temporada, con nuevo vestuario y escenografía, el espectáculo es todo un suceso. Say opta por una puesta en escena modesta. Sin ninguna intención de generar ambientes realistas, con una escenografía que fluye perfecta hacia la estética que la obra requiere, en la que autos de cartón y fondos pintados a mano remiten a los films de Roger Corman y Ed Wood. 

Delimitada la arquitectura del espacio escénico, Say explota al máximo el fuerte de THRS: sus canciones. Con una banda tocando en vivo y la excelsa acústica del teatro, sumado a la performance del cuerpo de baile y a las interpretaciones de los actores, las canciones lucen brillantes y enérgicas, algo que convierte en una tarea imposible quedarse quieto en la butaca.

Sin duda, el personaje a destacar es el del Dr. Frank N.Furter, una suerte de Dr. Frankenstein andrógino, que viene del planeta Trasnsexual y tiene como plan usar su rayo transductor para convertir a la humanidad completa en seres sin género. Con la voz impostada y unas plataformas de varios centímetros, Roberto Peloni pone cuerpo a este excéntrico personaje. Con una presencia escénica imponente, éste llega al público en forma de arrebatadoras oleadas. Seductor, cómico y extraño es un personaje realmente entrañable.   

Otro de los elementos que hace a The Rocky Horror Show algo especial, es la importancia de estimular a un espectador activo que interpele y dialogue directamente con el hecho teatral. La obra podría ser un musical más, en el que el espectador solo ocupe una butaca y ya, pero desde que las luces de la sala se apagan y los primeros acordes de la versión en español de Science Fiction Double Feature comienzan a sonar, se genera la simbiosis público-obra y el lugar se llena de algo especial. ¿Qué es? No lo sé, desde mi romanticismo con el asunto me gusta pensar que cada vez que alguien ve la obra (o la película) recibe toda la carga emocional de millones de personas que también han sido parte de esto en algún momento de la historia y lo han disfrutado de la misma manera en que lo he hecho yo. 

El arte como emisor puede generar muchas emociones en sus receptores, pero involucrarlos de la manera en que lo hace The Rocky Horror Show es algo a destacar. Las inhibiciones se esfuman y el público baila y canta las canciones a gritos. Estamos frente a una enorme función de culto, una fiesta en la que, además, se celebra la diversidad y la importancia de permitirnos ser quien queramos ser.

The Rocky Horror Show tendrá su función despedida el próximo martes 4 de julio a las 21:15 en el Maipo (Esmeralda 443), con el regreso de Melania Lenoir como Magenta y con la presencia de Victorio D’ Alessandro como criminólogo invitado.

Ficha Técnica
Dirección General: Andie Say.
Dirección musical y vocal: Mariano Cantarini. 
Coreografías: Alejandro Lavallen. 
Adaptación libro y letras: Marcelo Kotliar.
Supervisor musical / Dirección vocal / Arreglos musicales: Lorenzo Guggenheim.
Diseño de vestuario / Dirección de arte: Javier Ponzio. 
Escenografía: Ana Diaz Taibo.

Elenco 
Roberto Peloni: Dr. Frank N. Furter.
Melania Lenoir – Magenta.
Federico Coates – Riff Raff.
Walter Bruno – Brad Majors.
Ssofia Rangone – Janet Weiss.
Igmacio Perez Cortez  –  Rocky.
Mica Ppierani Mendez – Columbia.
Maia Contreras – Dr. Scott / Eddy.

Ensamble
Luli Muiño (Dance Captain), Lucas Gentili, Facundo Magrane, Mariano Condoluci, Julia Tozzi, Mercedes Vivanco, Federico Fedele – Swing.

Músicos 
Guitarra: Mariano Cantirini. 
Bajo: Martin Lozano.
Batería: Jorge Giorno. 
Teclado: Agustin Konsol. 
Piano: Tomas Horenstein.