Viva la libertà, de Roberto Andò (Cine)



Por Matías Serrano.

El pensador griego Platón sostenía que los hombres mejor preparados para manejar los destinos de la Polis, hoy el Estado, eran los filósofos, porque eran los únicos que sabían lo que era lo bueno y verdadero para los ciudadanos.

Esta idea tan sabia en la teoría como impracticable en el mundo que vivimos, la vemos puesta en escena en Viva la Liberta.

Dos hermanos gemelos: Enrico y Giovanni. Enrico es el secretario general de un partido de centro-izquierda, principal opositor al partido que gobierna Italia. Parece ser el típico político burgués, esos que no hacen política sino que viven de ella, esos que de un tiempo a esta parte los vemos gobernando los destinos de casi todos los países del mundo. Con poca credibilidad y cayendo en las encuestas, decide desaparecer. Se va a Francia donde vive una antigua amiga de él y de su hermano. Al fracasar en el intento de encontrarlo, el asesor personal de Enrico decide hacer el cambio hermano por hermano, Giovanni  por Enrico, para el partido y los medios. Y acá es cuando entra Giovanni. Giovanni es un filósofo loco, pero no loco loco, sino el loco que está más cuerdo que todos, el loco que dice la verdad cuando todos callan o la ocultan, el loco que seduce y encanta. Padece trastorno bipolar y hace poco salió del manicomio.  


Y así la historia se divide en dos personas (idénticas y tan distintas), en dos idiomas y en dos países: por un lado la historia del anonimato de Enrico en Francia, parando en la casa de su amiga guionista, conviviendo con la familia de ella y con el proyecto en el que está metida, la filmación de una película. Esta historia no convence y es la parte más floja de la película, ya que carece de finalidad, es tediosa y nunca logra captarnos la atención. 

Por otro lado la historia de Giovanni en Italia, principalmente en Roma, oficiando de Enrico. Acá está el acierto y lo mejor de la película. Hay escenas graciosas por los equívocos que se producen ante el cambio de hermanos, luminosas porque nos habla alguien que sabe qué es lo bueno y lo verdadero para la gente. Alguien que le habla a una multitud de italianos, no con slogans, sino con palabras sinceras y del corazón, citando a Bertold Brecht: Los tiempos eran oscuros porque ellos han callado


La actuación de Toni Servillo, un actor que sorprendió a todos en la excelente La gran belleza, es uno de los puntos altos del film. Siempre es un desafío para un actor/actriz interpretar gemelos, y Servillo lo hace con mucho arte y oficio, matizando las diferencias de los hermanos, más que acentuándolas. 

El peor error que comete Roberto Andó es darle igual cantidad de minutos e igual importancia a las dos historias, cuando la historia de Enrico es insustentable, aburre y hasta podría haber sido innecesaria, es decir, alguien desaparece, es suplantado, listo. Eso hubiera dado lugar a un desarrollo mayor de la historia que sí nos cierra y emociona. Como que hubiéramos querido mucho más del encantador y espontáneo Giovanni, que del solemne y deprimido Enrico. Haciendo esta salvedad, la película es buena y nos regala la gratitud de  ver a alguien que defiende los valores universales del ser humano y de los pueblos, aunque sea en la ficción.

Ficha artístico-técnica:

Toni Servillo ….... Enrico Oliveri / Giovanni Ernani
Valerio Mastandrea  …...   Andrea Bottini
Valeria Bruni Tedeschi …... Danielle
Andrea Renzi …..  De Bellis

Director: Roberto Andò
Guionista: Roberto Andò / Angelo Pasquini
Productor: Angelo Barbagallo
Fotografía: Maurizio Calvesi
Montaje: Clelio Benevento
Datos técnicos:
Drama - Comedia
Italia
94 minutos
Año: 2013
21/05/2014