Por Victoria Cestau.
En esta visita al Galpón de Guevara, espacio amplio y hermoso que ofrece diversas obras, pude deleitarme con Tempeste de Pepe Márquez y Azul Borenstein, una fragmentación sensitiva –así definida por los directores en el programa- basada en La Tempestad, el clásico de Shakespeare.
La trascendencia y productividad de la obra de William Shakespeare son condiciones indiscutibles a la hora de hablar de su teatro, éstas se extienden y materializan en el quehacer artístico e intelectual de diversas maneras, así lo verificamos en la pintura, la poesía, la música, la danza, la filosofía y el cine, entre otras áreas de la cultura. El arte del director y dramaturgo inglés ha seducido a estudiosos y creativos de igual manera. Lo primero que podemos observar al respecto es la abundancia que se presenta tanto en la creación como en la investigación, lo que plantea un desafío al momento de emprender alguna crítica o mirada al respecto.
Esta puesta de teatro físico presenta y plantea de forma sensible, estética y cuidada las distintas situaciones por la que atraviesan los personajes más representativos de La Tempestad. Próspero, Ariel, Calibán, Fernando y Miranda son escenificados bajo la mirada de un trabajo de síntesis, que destaca de forma bella y fluida tanto a los actores y a los bailarines como a los manipuladores de objetos y a los técnicos.
Con el exhaustivo uso y funcionamiento de materiales y recursos técnicos logran transmitir visualmente la fuerza de la naturaleza y la magia que habita en la obra inglesa. Claramente los directores, junto a su equipo artístico, se han detenido en componer estos fragmentos en busca de dimensiones, alturas, planos, volúmenes y colores que nos transportan a vivir una dramaturgia de los cuerpos involucrados.
El excelente amalgamiento de los objetos y los actores en escena, es producto de una visión estética global, que conjuga de forma armónica todos los elementos que conviven en los organismos artificiales y humanos, construyendo así un universo mágico y particular que se sostiene durante toda la obra.
El vestuario se destaca por sus materiales, dando un aire atemporal, y por lo justo de cada caracterización. Cada personaje lleva un elemento que lo representa y lo destaca equilibradamente dentro de todo el sistema de personajes. El brillo final de la paleta se lo da la iluminación.
Un espacio vacío y negro se deja habitar y enamorar por personajes legendarios que hoy vuelven a nacer, no sólo porque Shakespeare es el autor por excelencia, sino porque también hoy encontramos lecturas que lo saben actualizar y lo renacen después de tantas décadas; impulsando lo que Croyden afirma: Nada de Shakespeare existe hasta que se interpreta. Y esa es la realidad más inmensa, Shakespeare por sobre todas las cosas nos invita a vivirnos, a representarnos en las escenas del teatro y de la vida.
Reestreno: 14 de septiembre, 20:00 hs.
Funciones: domingos, 20:00 hs.
Lugar: El Galpón de Guevara (Guevara 326)
Reservas: 4554 9877
Entrada: $ 120-.
Hasta el 26 de octubre.
Ficha técnico-artística:
Autoría: Azul Borenstein, Pepe Marquez
Dramaturgia: Pepe Marquez
Intérpretes: Jhon Agust, Natalia Ayzenberg, Lisi Gay, Mauricio Guzmán, Rodolfo Romero
Manipuladores: Pedro Carlos De Simone, Oscar Rousset, Agostina Venturelli
Vestuario: Azul Borenstein
Escenografía: Azul Borenstein
Iluminación: David Seldes
Maquillaje: Tamara Victoria Varela
Concepción Visual: Azul Borenstein
Diseño de títeres: Azul Borenstein, Mélina Repond
Realización escenográfica: Renata Barés, Paula García, Maria Viginia Pioli, Clara Valente
Realización de vestuario: Betania Rabino
Realización de pelucas: Lucía Lossada
Realización de títeres: Natalia Goldraich Faure, Ana Latini, Flor Szwed, Clara Ventura
Música: Fabio Zurita
Prensa: Octavia Gestión Cultural y Comunicación
Producción: Pierpaolo Olcese
Coreografía: Pepe Marquez
Dirección: Pepe Marquez