La fiesta de cumpleaños, de Harold Pinter (Teatro)



Un matrimonio, de personas mayores, alquila habitaciones de su casa. Desde hace tiempo, tienen un solo inquilino: Stanley, un pianista que abandonó sus proyectos de músico y decidió refugiarse en ese hogar. Él y la dueña de la casa, Meg, mantienen una relación que roza lo maternal y, por momentos, lo erótico. Dos extraños interrumpen esa armonía alquilando otra habitación y, además, llegan para incomodar al pianista. En complicidad con Meg, le organizarán al músico una fiesta de cumpleaños, negada por el propio agasajado. Una serie de acusaciones y acciones que van desde lo extraño, lo violento y lo cómico mantiene al espectador en un permanente estado de alerta. 
La prensa británica denominó a la dramaturgia de Harold Pinter con el rótulo de  "teatro de la amenaza". La fiesta de cumpleaños es un gran exponente que explica este nombre.
Ese estado de alerta y el efecto de tensión constante son logrados gracias a las muy buenas actuaciones del elenco. Stanley, interpretado por Aníbal Brito, no abandona nunca el malhumor y los deseos de permanecer encerrado en esa casa. Meg -Marita Llorens- es una ama de casa que quiere dejar a todos contentos con intenciones de recibir algo de atención a cambio. 

Por su parte, Alejandro Cardo se viste de Petey, el dueño de la casa que solo cumple con ir a trabajar por más que esté mal de salud. Julio Pallares es Goldberg, el inquilino nuevo que no duda en mostrar prepotencia y cinismo frente a sus interlocutores, siendo el personaje más amenazante de todos. Además, Ariel Morosin hace de McCan, el colaborador de Goldberg que se mueve como un extraño jorobado, ayudante de algún oscuro conde. Y Rocío Ambrosini asume la piel de Lulú, una joven que solo busca pasarla bien con quien sea.

La música suma en su justa medida al clima de la obra desde el momento en que se abren la puertas de la sala, recibiendo al público una melodía de piano no muy feliz, por más que sea de cumpleaños. 

La iluminación ayuda al espectador a transportarse a las sensaciones oscuras de los personajes. La escenografía muestra el comedor de la casa, una escalera que se dirige a las habitaciones y una mesa en el centro que deja de ser mesa en el momento de mayor tensión para luego volver a ser un simple mueble. El vestuario es correcto: dice todo lo que los personajes no expresan con palabras.

La sala Hasta Trilce, ubicada en el barrio de Almagro, es también un bar. Como si fuera a propósito, tal vez sí lo sea, nos anticipa la estética que La fiesta de cumpleaños propone. El espectador espera a que se dé sala en un contexto de mesas y sillas antiguas, decoración vintage y música de época.

Teatro: Hasta Trilce. Maza 177. CABA.
Funciones: Domingos 20:30.
Entadas: 100 Pesos. Est. y jub 80.

Ficha técnico artísitca
La fiesta de cumpleaños, de Harold Pinter.
Traducción de Rafael Spregelburd.
Dirección: Marina Kryzczuck.
Elenco: Aníbal Brito, Martia Llorens, Alejandro Cardozo, Julio Pallares, Ariel Morosin y Roció Ambrosini .
Vestuario: Anahí Ferrando.
Música original y diseño sonoro: Matías Niebur y Nicolás Bari. 
Escenografía: Antonio Regueiro.
Diseño de luces: Damián Monzón.
Maquillaje: Atina del Valle.