Parece ser que me fui (Teatro)


Por Victoria Cestau.

Parece ser que me fui es la sensación que nos queda cuando uno decide muchas cosas: girar, tomar, abandonar, dejar, partir, retornar, cruzar, gritar, saltar, entender y finalmente confiar. Había una vez una payasa tierna y loca, ella decidió embarcarse y bucear, con su vestido floreado, escarpines delicados y un sombrero gris nos llevará con ella, a donde quiera, porque sí, porque Marta ha decido salir y nosotros también.

Una silla muy pequeña que rompe la escala convencional del tamaño de los objetos, es el único elemento escenográfico que acompaña a la actriz Marina Barbera, además de su polifacética cartera de cuero marrón. Ni bien entramos a la sala, la vemos a ella sentada: Marta, una payasa que parece remontarse sobre mundos que la han dejado y otros que están por venir. Contemplativa al principio, está cansada, reflexiva, hasta que en un momento el poder de la decisión la toma por completo, se apropia de su cuerpo, de sus palabras, de su voz, de su mirada de niña y se pone a jugar. 


Cada obra de clown bien lograda toca algo íntimo del espectador, y en esta ocasión tampoco escapamos a ese efecto emocional al que algunos payasos nos tienen acostumbrados. Es que la clave es esa, trabajar algo que le suceda al actor y sobre ese material hacer un “universo payasesco” en el que la transmisión y el efecto son inmediatos: risas, emociones, suspiros, silencios, nervios, son algunas de las vivencias que pudimos disfrutar y compartir.


Existe un universo femenino muy fuerte en la pieza, energía difícil de explicar y atractivamente poderosa, ya que en la escena completamente negra solo habita Marta y su silla (a la que deja para salir de una quietud extrema). El desafío se vuelve a centrar en la dramaturgia del cuerpo del actor, el centro, el eje, el motor, la causa y su destino. Esta vez la grandeza se redobla porque la obra se encuentra dirigida por una de las referentes más importantes y destacadas de la estética del clown: Raquel Sokolowicz que desempeña su labor como docente y directora hace mucho tiempo.

Irse para volver a algún lugar, a veces es necesario. Un laberinto de encrucijadas que se resuelven o no, sin embargo la alegría y la tristeza van casi de la mano, como en la vida, como lo hace Marta, construyendo contradicciones efímeras (desde el título de la obra), contradicciones que nos alimentan, que dan sentido, que nos completan, que nos dejan más humanos.


Venezuela 3340
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4931-2124
Entrada: $ 90,00 / $ 70,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 28/11/2014 
Quedan 2 fechas, viernes 21 y 28 de noviembre.

Ficha técnico artística:
Actúa: Marina Barbera
Diseño de luces: Ricardo Sica
Música original: Agustín Flores Muñoz
Fotografía: Jorge Crowe
Diseño gráfico: Andrés Kyle
Asistencia de dirección y producción: Mariano Mandetta
Dirección: Raquel Sokolowicz