La mujer que levantó el auto, de Leo Mendonça (Teatro)



Frustraciones. Miedos. Rencores. ¿Cuándo se convierten en extrañas las personas que creíamos conocer? Las noticias, en las radios o en los diarios, están allí para distraernos. Distracción no a modo de evitar cuestionamientos a tal o cual poder, sino para evitar hacernos cargo de las cosas que nos atraviesa en el plano más íntimo. Un pingüino que nada desde nuestro mar al de Nueva Zelanda, porque tal vez se quiere tomar unas vacaciones, o una chica que fallece por tener un piercing en su órgano sexual. Cualquier noticia vendrá bien para que no nos miremos a los ojos ni expresemos todos aquellos sentimientos que nunca nos animamos a mostrar. Y en más de una ocasión, acudimos a tomar unas copas demás para "aflojarnos" y sacar de adentro lo que en sobriedad callamos. La mujer que levantó el auto, de Leo Mendonça, nos narra esas historias, y otras más, como si nos mirásemos en un espejo. El reflejo asusta un poco: aquella imagen es la nuestra, y nos recuerda que tenemos que hacernos cargo de frustraciones, miedos y también rencores propios.

Jorge y Rita, una joven pareja del interior que vive en su pueblo, esquivan decirse las cosas -o se la dicen de una manera no muy clara-. Él se muestra conforme con su rutina de remisero. Pero ella quiere que su marido cambie de trabajo por uno de oficina, use zapatos nuevos y le compre un celular. El desentendimiento entre ambos hará que Rita decida visitar a su abuelo Carlos, un octogenario de bigotes y en sillas de ruedas que vive solo, en la ciudad de Buenos Aires. Entre el abuelo y la nieta también habrá desencuentros. Pero, en cambio, lograrán una unión afectiva, más allá del árbol genealógico. En los recuerdos de cada uno, habrá sueños e ilusiones que retomar.

El trabajo actoral del elenco desborda energía en su justa medida. Llegan a un extremo, pero vuelven antes de que se convierta en insoportable. Un ir y venir constante, que mantiene expectante al público. La escenografía está compuesta por dibujos en blanco y negro, para hacernos ver la forma caricaturesca con la que a veces ciertas situaciones cotidianas pueden presentarse, por más dolorosas que sean, un estilo que también es acompañado por el vestuario y por todos los objetos que entran en escena. Y una voz en off, entre una escena y la otra, nos obsequia una reflexión sobre lo que estamos viendo, vidas que podrían ser las nuestras.

Dónde: Teatro El Extranjero, Valentín Gómez, 3378. CABA.
Cuándo: Todos los domingos a las 18:30.
Cuánto: 100 Pesos, 70 para estudiantes y jubilados.

Ficha técnico artística
Elenco: Sandra Criolani (Rita); Gerardo Baamonde (Carlos); Santiago Fraccarolli(Jorge/ Pedro).
Textos en Off: Julia Funari.
Radio en Off: Leandro Tala.
Dramaturgia y Dirección: Leo Mendonça.
Escenografía e ilustraciones: Azul Schwartz.
Vestuario: Pilar Lopez Camelo.
Fotos: Paloma Herb
Diseño de Luz: José Binetti.
Asistente de Dirección: Paolo Giuliano.
Pre producción: Cintia Rojo.
Constructor de Escenografía: Luis Sanguin.a
Productor General: Leo Mendonça.
Música Original: Alejandro Deluca.
Producción Gráfica: Urban Print.
Prensa: Prensa Novello.
Duración del espectáculo: 80 Minutos.