Por Victoria Cestau.
Hace ya varios años los actores hemos optado por transformar, de alguna manera, el teatro. En ese cambio, la importancia del texto y la psicología de los personajes ha sido desplazada por un teatro que despliega el cuerpo, la sinrazón, la dramaturgia actoral y elementos de la improvisación que no necesariamente tienen una explicación ideológica, estética o escénica. En este marco pudimos disfrutar y muchas veces no entender (objetivo explícito del grupo) la propuesta distinta que el grupo Era nos ofreció.
Dentro de lo que los teóricos han denominado como “teatro del absurdo”, el grupo Era presenta su espectáculo que no se titula bajo ningún nombre, ya que apuntan a que los espectadores nos encontremos con algo distinto cada vez (sin ser sesgados por nombres). También buscan destacar la mirada grupal que confluye en la creación colectiva. Estos gestos fueron utilizados por las vanguardias, caso paradigmático lo presentaba el Dadaísmo que buscaba jugar con el lenguaje, desarticulando cualquier procedimiento racional o esperado.
Existen varios tipos de absurdos dentro de este teatro, esta vez el desarrollo estuvo predominantemente marcado por el absurdo como principio estructural, es decir aquel teatro que refleja el caos universal, la desintegración del lenguaje y la ausencia de una imagen armoniosa de la humanidad. Un grupo de ocho actores desarrollan una propuesta con música en vivo, luces psicodélicas, vestuarios sacados de la realidad (trapos, pañuelos, anteojos, carteras, vestidos, etc.), situaciones sorprendentes y delirantes. El manejo del cuerpo es vital, la propuesta se sostiene por la presencia de los cuerpos que son llevados a situaciones extremas de impulso y quietud, recurso que se luce por el dinamismo escénico de la puesta.
La parodia hacia algunas experiencias cotidianas se presenta en reiteradas veces, así como también el estilo grotesco y exagerado de los personajes y escenas. Actos que se suceden sin que necesariamente tengan un hilo que los conduzca ni los unifique, es un gran ejercicio y desafío que de alguna manera, reta a deconstruir relatos lineales y epocales.
Una invitación al absurdo, a perderse y soltar cualquier asociación que nos de algún sentido, al entramado libre de la interpretación, quizás también, a soñar con los ojos abiertos.
Próximas funciones:
Sabado 29 de noviembre, 21 hs.
Espacio deseartes: 24 de octubre 1364 (Ituzingó, Buenos Aires)
Sábado 13 de diciembre, 17 hs.
Escuela rural de la Plata (La Plata, Buenos Aires)
Ficha técnico-artística:
Actores: Juan Francisco Chapur, Manuela Monsalve Bernal, Alejandro Podestá, Benjamin Medina, Charly Velasco
Músicos: Agustin Sánches Parisi, Martin "bebe" Sabbastano, Mayo Cotella
Iluminación: Emiliano López
Escenografía, vestuario y multimedia: Manuela Monsalve Bernal
Dirección: Era