extraño la ausencia de gente, y la fuerza que me da, la incertidumbre, el desarraigo ético,
la desesperación de la ansiedad insaciable.
no tener una mano a quien recurrir cuando la mía esté quemada
la abundancia de vino, la falta de una cronología en la alimentación.
la firmeza de una filmografía alógena, patógena e invasiva, la compañía del ruido del viento.
la luz de las seis de la mañana, dormí en la terraza, la luz de las 9,50. dormí en el balcón esta vez.
la adherencia del hollín domestico a mi cuerpo paranoico hacia el agua.
el olor a cuerpo u-sado.
estar parado frente a un abismo de veintiocho metros x 6 kilómetros. y no poder tocar en absoluto,
nada de lo que veo.
la firmeza de una sonrisa amable, espontánea, sobre todo, desconocida.
nombres que no puedo enumerar ni recordar, de personas que no puedo enumerar ni recordar.
mucho tiempo olvidado, la única luz del ambiente es la de un velador, y el reflejo de los destellos del
cielo ACTIVO de buenos aires.
viene alguien con un vino,
quizá traiga cigarrillos. vuelven a tocar el timbre, hay vino nuevamente, quisiera no sentir que me voy a
morir cada vez que estoy solo,
quisiera no dudar si es que estoy vivo, o es una alucinación de otro cadáver insolente,
mucho tiempo , sin bañarme,
comiendo poco,
el cerebro se comprime cuando se deshidrata,
siento los retorcijones, la fuerza de los nudos que se estrechan en
la frente, en la nuca, y en dentro del hipotálamo.
desnudes
dios
muerte
descalzos
miré el abismo, desde un cielo de cuatro pisos, nuevamente, veía todo desde arriba,
pero me vi abajo , en ese mismo instante.
me quedé sin electricidad, estoy solo, es una noche oscura y tormentosa, leí libros sobre
quejas inmemoriales
el señor policía me dijo que me lave los pies
caminé hasta chacarita, fui por guardia vieja. anduve en bici, mucho, en verano; es la segunda vez que
durante el día de navidad, estoy solo, sentado mirando al río, en la costanera.
otro año nuevo que es una farsa, otra farsa de año, mas años cumplidos al pedo.
cada vez me siento más innecesario e insatisfecho
prescindible
tengo una colección de recuerdos quemados, pero ninguno es tan claro, como el recuerdo de que
todo es fuertemente difuso, im-preciso,
pero mi desesperación sí es matemática,
por eso es
que es
importante GRITARSE A UNO MISMO,
cuando uno mismo
es el único que se escucha,
cuando uno mismo
es el único que está,
el único que es
cuando uno mismo es el único que es-pera
el único mismo que está encadenado,
hambriento
deshidratado,
frente a vos , y
no es porteño,
y está en esta joda, frente a vos, quemándose
y no es porteño,
y seguís caminando, como hiciste siempre, con los heridos, los desahuciados, los niños,
las novias y los novios, los perros, la basura, seguiste caminando como cuando viste a ésa dentro de un
bondi caer y seguiste en la tuya,
cuando viste que alguien moría en la esquina seguiste caminando a comprar pan.
***
Si querés contactarte con Kalu Crulcich, podés hacerlo a karinacrulcich@gmail.com.
***