De reinos y desiertos y Justo antes, de Álvaro Olmedo (Poesía)

Poemario de Álvaro Olmedo

DE REINOS Y DESIERTOS


VIII
    hay un alma 

lo dice la sed y
            el agua

    Hugo Mujica


el desierto desnuda
no de sed
de desnudez
deja el alma despoblada
azota el tajo
quiebra sin violar
y termina en un viento
que envuelve al viento

ese dios de polvo y clausura
afuera interminable
nos devuelve arremolinado al cuerpo que somos
apenas
una flama soplando palabras

hay un alma
olvidada entre cubos
deshuesada en el fragor
escarbar
el aire de los granos de sed
el rocío del silencio bajo el sol

la raja incandescente
no quemará más que hombres

tanta sequía
tanta sed
acaso
la única fuente


justo antes 


justo antes de morir
ansío:

salvar un moribundo sin salvarme
colorear la tumba con Miró
y que sus redondeles rojos y amarillos cubran las cenizas
guardadas en vano

con el cincel de la mortaja
esculpir pétalos de tu nombre en esta roca

quiero
que la última fibra
la que me acompañó hasta la agonía del combate
salga por el fusil
(que nunca cargué por cobardía)

justo antes
deseo quebrar de un hachazo la hojarasca
y que su vacío reviente la esfera

me antojo
besar a los que sigo odiando
a la frente del enemigo
para vigorizarme en el instante que falta

sin cerrar los ojos
rajar la mejilla del tirano
y con su sangre
dibujar un arco donde se embriaguen los libertos

ambiciono una cicatriz
para la que dejó estas llagas que no cesan
antes de la despedida casi última
escuchar el ladrido del perro que no tuve
acariciar la prostituta que no amé
envolver a los que se fueron antes del abrazo
y coronar a la mujer que siempre es