Por Ariana Perez Artaso.
El avance que le da Virasoro al lector con esa declaración no puede más que marcar el rumbo del texto. No se trata de un libro optimista, sino más bien de uno en el que la catarsis emerge para que quien la reciba pueda discutir o acordar con ella, y reírse un poco de cómo nos tomamos ese asunto tan serio que es el amor.
Te invitamos a conocer más sobre esta escritora, dramaturga, bloggera y actriz en la entrevista que sigue:
Sole Virasoro: Desde muy chica mi sueño fue escribir un libro. Pero siempre pensaba que antes tenía que hacer otras cosas, pasar determinadas etapas. Hasta que un día como cualquier otro, me dije 'estoy lista' y después de un año muy intenso de trabajo ya estaba haciendo la presentación del libro junto con una línea de ropa desarrollada por Exclam!, un comic y la idea de un piloto para televisión.
RL: ¿Cómo llegaste a la construcción de las categorías ‘mujeres alfa’ y ‘hombres 2.0’?
SV: Estaba juntando información para mi libro cuando me crucé con el término 'mujer alfa' y me di cuenta que era la descripción perfecta de la protagonista de mi historia. Sabía que iba a cruzarse con muchos hombres que serían malos para ella y entonces me pregunté '¿Por qué una mujer inteligente, independiente y hermosa sale con tarado?' Y allí estaban las culpables de siempre: las redes sociales y las aplicaciones para conocer gente. Era el terreno ideal para que los caminos de una mujer exitosa, con muy poco tiempo para salir y un hombre que tiene mucho tiempo libre, se conocieran. Por eso los hombres de este libro terminaron siendo 2.0
RL: En tu libro se plantea un gran problema común: la insatisfacción. ¿Qué te llevó a ahondar en este tema? ¿Creés que existe solución?
SV: Tengo amigas y amigos por igual y todos terminamos diciendo lo mismo, buscando lo mismo, pero no lo encontramos. Si los hombres y las mujeres buscan el amor pero no lo encuentran ¿qué es lo que pasa? ¿Dónde está la trampa? Como toda persona curiosa, no podía dejar de comenzar mi investigación y creo que la base de esa insatisfacción generalizada está en que, en términos de comunicación, tenemos el mal del 'niño rico' y estamos aburridos de lo que nos sobra.
Y sí, creo que tiene solución y es desconectarnos un poco de la computadora, el celular y volver a tomarnos tiempo para las relaciones. Una pareja o una amistad necesitan tiempo y dedicación, compartir momentos y crear los espacios para poder lograr la intimidad de lo que realmente nos pasa.
RL: Te vimos trabajar bastante desde el humor (desde tu blog, el teatro y ahora desde tu libro), ¿qué herramientas te da para poder crear?
SV: No hay una estrategia en mi uso del humor sino que es la forma en la cual veo el mundo. Soy naturalmente optimista y alegre, y quizás sea una herramienta de supervivencia antes que una herramienta para poder crear. Incluso cuando estoy enojada lo hago en tono de humor. Hace un tiempo fui a una ferretería buscando 'el coso del cosito' y, como no tenía idea de cómo se llamaba, lo llevé para mostrarlo. Me atendió un hombre muy malhumorado y con pocas ganas de trabajar. Me dijo que no tenía. Le pedí un pegamento. Tampoco tenía. Unos tornillos. Tampoco tenía. Le pregunté a cuánto vendía la cocaína.
Si tomo ese pequeño percance y le agrego algunas pocas pinceladas, ya tengo una historia. Por eso a veces me parece que no estoy creando, sino apenas haciendo un copy-paste de la vida misma.
RL: Hace un tiempo encaraste el Stand up Qué vida de M… mujeres, donde tocaste temas similares a los del libro. ¿Qué es lo que te lleva a escribir sobre el mundo femenino y sus problemáticas?
SV: Hace por lo menos un par de cientos de años que la mujer está en lucha entre lo que la sociedad le dice que debe hacer y lo que quiere ser. Nos dijeron que tenemos que ser flacas, lindas, simpáticas, madres, esposas, cocineras, lavanderas; que tenemos que limpiar la casa y tener las manos suaves, pero para tocar a pocos hombres porque si no, sos una trola.
Parece una queja de los años 60s, pero sigue vigente. Tengo un recuerdo muy vívido de mi clase de preescolar. Nos hacían sentar en ronda y elegir una 'isla de juegos', donde habían bloques enormes de madera para armar cosas que yo adoraba, unas mesas con revistas para ver y colorear, alguna otra actividad que no recuerdo y 'la casita'. Odiaba la casita con todas mis fuerzas y como nunca la elegía, las maestras me obligaban a ir a ese rincón infame donde no había nada divertido para hacer.
No sé qué buscaban las maestras obligándome a jugar a la casita, pero más de 30 años después sigo eligiendo los libros y la construcción de mundos. ¿Y eso hace que yo me tenga que perder estar en pareja o ser mamá? A mí me parece que no. Pero todo eso hace que el mundo femenino esté en constante conflicto y donde hay conflicto hay siempre una historia para contar.
SV: Me gustan las escritoras que además son actrices y productoras, mujeres renacentistas que se interesan en todo y conocen cada paso del proceso y si son humoristas mejor. Como Tina Fey, por ejemplo.
RL: ¿Estás trabajando en nuevos proyectos?
SV: Sí, en un programa para televisión llamado The Weekly Girly Show. Se trata de un noticiero humorístico pero desde una mirada femenina. Es un proyecto que me da mucha felicidad porque tenía muchas ganas de generar un contenido audiovisual y porque logré reunir un equipo increíble que se sumó a la experiencia de realizar un work in progress público que se fue subiendo a Youtube. Todos estábamos de acuerdo en que fue una experiencia muy rica, de mucho aprendizaje, por lo que empecé a publicar todos los problemas que enfrentamos. El resultado es casi un manual de cómo sobrevivir en la autogestión creativa.
Mientras tanto Mujeres alfa sigue creciendo como marca y estamos por lanzar una línea de sex shop junto con Extasy. Estoy tratando de desarrollar el comic y lograr una tira semanal y se espera que para fines del 2016 salga la secuela del libro.
Imágenes: Perfil de Facebook de Soledad Virasoro.