Satélites
Para el ojo del astrónomo
desde un cielo ladeado en sus extremos.
Y para el ojo de los seres queridos
brillan los paneles de los satélites.
No sé explicarlo: es un candado de luz
ahogando la materia oscura.
El astronauta
En la madrugada las estrellas y las ecuaciones
tejen la red de una araña negra
que mastica los huesos de la noche.
Sobre la escuela volaba un avión comercial
que dejaba una cicatriz de humo en el cielo
y dije: “yo quiero ser Neil Amstrong”.
En el guardapolvo llevaba un mapa de ruta
para salir de la atmósfera
y dibujar otro barrio en el cosmos.
Pero los recuerdos felices funcionan
tan sólo como recuerdos felices:
ahora ensayo pasos de astronauta
para cruzar la calle.
El cometa
Una ambulancia cruzó la esquina.
Es la única estrella en el cielo
antes de que se interrumpa
la continuidad de cada cosa.
Me lo dijo el ojo convencido del enfermo
que apuntaba desde la ventanilla.
La memoria reducida
a un agónico instante de lucidez
y algunos realizan
el mismo ejercicio de rotación
sobre el manto de lo real
como si nada hubiese pasado.
Marcelo Daniel Díaz nació en 1981. Vive en Río Cuarto (Córdoba). Profesor y Licenciado en Letras. Participó en la antología Es lo que hay llevada a cabo por Lilia Lardone en 2009. En 2010 participó de las residencias literarias del Centro de Arte Contemporáneo de Córdoba a cargo de Silvio Mattoni y María Teresa Andruetto. En el año 2011 publicó el libro de poemas Newton y yo con editorial Nudista. Y en el año 2012 publicó el texto de lingüística La palabra y la acción: la máquina de enunciación K con EDUVIM. Contacto: marceloddiaz@hotmail.com