Por Másako Itoh.
“¿Quién
es este hombre? ¿Quién ha diseñado este plan poco común para educar a Jerusha?”,
se pregunta una joven huérfana, luego de enterarse de que un misterioso benefactor
ha decidido mandarla a la universidad, atraído por sus dotes para la escritura.
Y ella deberá retribuir con cartas mensuales –que jamás serán contestadas-,
describiendo solo lo que respecta a sus progresos académicos y su vida
estudiantil.
Pero esta obra no trata de Cenicientas que
reciben obsequios de hadas madrinas ni de floristas que aprenden a convertirse
en “damas” de la mano de afamados lingüistas. Papaito Piernas Largas es, ante todo, el encantador relato de la
formación de un carácter independiente, que a fuerza de coraje y
autodisciplina, sin olvidar un muy lúcido sentido del humor, se va develando a
través del vínculo epistolar con este misterioso mentor y del contraste vital
con sus compañeras de estudios de la alta sociedad. Sin familia alguna, nada ni nadie en el mundo a quien dejar atrás,
Jerusha, es el ejemplo cúlmine de resiliencia, lucidez y autosuperación: “¡He
aquí una enfermedad que me he ahorrado:
la nostalgia!”
Basada en la novela epistolar homónima de
1912, de Jean Webster; años más tarde llevada al cine, más precisamente en 1955
con producción estadounidense e interpretaciones de Fred Astaire y Leslie Caron;
y, mucho más tarde al animé de la mano de Nippon Animation en 1990. La
profundidad del libro mismo se manifiesta en sus incontables traducciones y
adaptaciones a otros géneros y formatos.
La actual de Papaíto piernas largas en el Cultural San Martín es la más reciente
versión para el teatro musical de John Caird y Paul Gordon, que -desde 2008-
viene replicándose con exitosas puestas en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá,
Japón, Korea, Perú y México, entre otros.
La puesta argentina cuenta con la
contundencia artística de Juan Rodó (Jervis Pendleton) y la joven promesa
Ángeles Díaz Colodrero (Jerusha Abott), bajo la dirección de Lía Jelín y Matías
Strafe, y la dirección musical de Santiago Rosso.
Con un vestuario y escenografías que valen
la pena resaltar, se luce el diseño de Vanesa Abramovich, resultando un
auténtico estímulo para los cinco sentidos, que se deja ver en cada detalle de
utilería y la minuciosidad del gusto lograda en un vestuario impecable y, a la
vez, como salido de la novela de Webster.
La desfachatez y espontaneidad de Jerusha
es encarnada magistralmente por Díaz Colodrero, quien cautiva con un caudal de
voz impresionante, generando una atracción encantadora con el omnipresente
Jervis Pendlton, personaje que le calza justo a Rodó, y que hace el contrapunto
necesario para hacer crecer el vínculo entre ambos personajes de principio a
fin. Y es que, cómo no doblegarse ante la candidez de las cartas de Jerusha, aun
siendo un caballero distante y millonario como Jervis Pendlton. “Después de
haber vivido 18 años en un cuartel con 20 compañeras de habitación, es una
delicia encontrarme solo. Por vez primera en mi vida se me ha presentado una
oportunidad de entablar conocimiento con Jesusa Abbot. Y creo que me va a
gustar. ¿No lo cree usted así?” El público seguramente así lo crea.
Dónde: El Cultural San Martín (Sarmiento
1551).
Cuándo: Sábados 21h y domingos 20h (última
función: 29 de julio 2018).
Cuánto: $200. Estudiantes y jubilados con
acreditación $160.
Ficha técnicoartística
Dirección: Lía Jelín.
Codirector: Matías
Strafe.
Producción: Julieta Kalik.
Asistente de producción: Janina Levin.
Elenco: Juan Rodó, Ángeles Díaz Colodrero.
Escenografía: Vanesa Abramovich.
Música: Santiago Rosso.
Vestuario: Vanesa Abramovich.
Iluminación: Matías Canony Y Mario Gómez.
Maquillaje: Carolina Maria Pesce.
Fotografía: Nacho Lunadei.
Director vocal: Juan Rodó.
Video: Matías Sanchez de Bustamante.
Traducción y Adaptación: Rodrigo Rivero.
Diseño Gráfico: Janina Levin.
Diseño de pelucas y peinados: Daniel
Laurito.
Prensa y difusión: WE PRENSA.
Música y letras: Paul Gordon/ Libro John
Caird.
Orquestaciones: Paul Gordon, Brad Haak.
Basado en la novela de Jean Webster.