Por Másako Itoh.
Con un bello texto escrito por el maestro titiritero Rafael Curci, ganador del 2° Premio Municipal de Autores en 1999 (en su momento montado para teatro de sombras), esta nueva puesta dirigida por Eleonora Dafcik incluye, además, un delicado diseño de luces y trabajo con sombras que acompañan la poesía del texto. Acompañamiento que no resulta literal o redundante, sino que genera imágenes, sombras o luces que apelan a formas más simbólicas o elusivas, multiplicando de esta manera la potencia textual a su máxima expresión.
La fábula de Basilisa, la luz y el fuego es la historia de una niña que vive con su abuela en una modesta casita de madera a orillas del lago Baikal. Es otoño y la naturaleza parece confabulada en avisarle que el frío y la nieve están a la vuelta de la esquina. Su abuela enferma le encomienda ir al bosque en busca de la luz y el fuego para calentar el hogar, con la única compañía de una muñeca mágica y de cara al peligro inminente de una temible bruja Baba-Yaga.
Esos son los elementos del cuento de hadas. En cuanto a sus hacedores, La fábula de Basilisa, la luz y el fuego, está interpretada por los talentosos artistas titiriteros Paula Cueto (Basilisa), Florencia Orce (Abuela/Baba-Yaga), Marcelo Lizarraga (Ivanov/Laika/Malevic) y Eleonora Dafcik (Sonia), quien a su vez es la directora general de la pieza.
La técnica empleada para abordar la obra es la de títeres de mesa de manipulación directa, también llamada Bunraku. El Bunraku es un tipo de manipulación originario de Japón, que consiste en manejar el objeto desde atrás –a la vista del público y, generalmente, con vestimenta neutra- compartiendo el mismo espacio con el títere, uno como extensión del otro, mezclando el plano de la realidad y el de la ficción.
A lo anterior se suma la música original de Cristian Añón y la misteriosa voz de Basilisa. Elementos todos que contribuyen a dar cuerpo y verosimilitud a este pequeño mundo, siempre en la penumbra, en permanente ir y venir entre el temor y respeto de la pequeña protagonista a las fuerzas naturales, y que -justamente- consiste en su rasgo más interesante. Porque en esta fábula, tanto la nieve persistente, como la luz, tenue y frágil, y hasta el fuego -además del oso, el búho y el cuerpo- son personajes velados, pero determinantes a la hora de contribuir a la transformación de Basilisa.
Y en esto radica la singularidad del personaje, que a pesar de su recelo por el mundo exterior y por la vida (“no me gusta la nieve, es triste. Triste como la vida”, suele repetir) no deja de encontrar su forma de luchar, tal vez de una manera más intuitiva y sumisa, pero siempre contemplativa sobre las fuerzas de la naturaleza, su vínculo con los restantes seres vivos y hasta con su sentido de la belleza.
¿Cuándo? Los sábados a las 17hs.
¿Dónde? Centro Cultural Raíces (Agrelo 3045, entre La Rioja y Urquiza)
Entrada a la gorra.
Intérpretes titiriteros: Paula Cueto (Basilia), Florencia Orce (Abuela/ Baba-Yaga), Marcelo Lizarraga (Ivanov/ Laika/ Malevic) y Eleonora Dafcik (Sonia).
Sombras: Paula Cueto, Alma Curci, Eleonora Dafcik, Kati Raggi.
Diseño de escenografía: Víctor Chacón, Paula Cueto, Renata Montalbano.
Diseño de títeres: Alejandra Farley, Kati Raggi.
Diseño de luces: Víctor Chacón.
Realización de escenográfica: Víctor Chacón, Paula Cueto, Renata Montalbano.
Realización de títeres: Alejandra Farley, Kati Raggi.
Música original: Cristian Añon.
Fotografía: Alma Curci.
Diseño gráfico: Alma Curci.
Asistencia de dirección: Alma Curci.
Management: Florencia Orce.
Dirección general: Eleonora Dafcik.
Más sobre el Centro Cultural Raíces:
A la gorra. Segundo Ciclo Raíces para niños
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