Por Matías Serrano.
Blackbird singing in the death of night
Take these broken wings and learn to fly
The Beatles
“Al principio no hay nada” así arranca este sencillo, efectivo y sensible film del holandés Boudewijn Koole. Sencillo en la economía de medios narrativos y técnicos de que se vale; efectivo por lograr tanto con tan poco; sensible en el tratamiento del juego de relaciones que propone.
Casi filmada en su totalidad con planos cortos, lo que genera siempre un acercamiento, y ambientada en un lugar entre lo pueblerino y rural, la película focaliza en la mirada de un hermoso niño con aspecto descuidado y salvaje, de unos diez u once años, al que los avatares de la vida lo están llevando a madurar antes de tiempo.
Jojo, así se llama el protagonista, encuentra un pichón de cuervo bajo un árbol. Es un pichón caído del nido, abandonado por su madre. Jojo decide cuidarlo luego de un accidentado intento de devolverlo a la naturaleza. La elección del cuervo como especie es acertada y puede que no sea casual. Un motivo puede ser romper con la superstición de que los cuervos son pájaros de mal agüero. Un segundo motivo puede ser estético, el contraste que genera la blonda melena del niño con el negrísimo plumaje del cuervo.
Jojo no tiene madre, o mejor dicho, tiene una madre ausente físicamente pero presente mental y musicalmente. Esa ausencia es suplida por él en los quehaceres de la casa, ya que su padre trabaja de seguridad en el centro y está afuera todo el día.
La relación con el padre arranca tirante, suponemos por la ausencia de la madre, y se vuelve aun más tensa con la llegada del cuervo. El padre no quiere saber nada: los animales y las plantas van afuera de la casa. Pero Jojo se las va a ingeniar para darle de comer, para graznear con él, para jugar con él simulando que es un avión, para darle un lugar en la casa y en su vida. El hijo que desafía al padre. El hijo sin madre que va a oficiar de madre de otro ser.
El triangulo lo completa Yenthe, una púber preciosísima unos años más grandes que Jojo y única figura femenina real para él. Con ella comparte su secreto, con ella vaga y juega por los pastizales de los alrededores, con ella le dirá adiós a la infancia. La nostálgica música folk, puente de Jojo con su madre cantante, le da intimidad a algunas escenas y calidez a toda la película.
Al final, sobre los créditos, llega un bonus track: Jojo, luego de algunas reprimendas del padre, de un soberbio cachetazo que le da Yenthe, sumado a los involuntarios golpes que nos da la vida, recibe su merecido premio. La entrada al generoso y complejo mundo del amor.
Ficha técnico-artística:
Rick Lens: Jojo
Loek Peters: Ronald
Cahit Ölmez: Deniz
Susan Radder: Yenthe
Director: Boudewijn Koole
Guionista: Boudewijn Koole
, Jolein Laarman
Productor: Wilant Boekelman
, Jan van der Zanden
Música: Helge Slikker
Fotografía: Daniël Bouquet
Montaje: Gys Zevenbergen
Drama
Holanda
81 minutos
Idioma: alemán
Formato: DCP / Blu Ray