Nuestra risa es siempre la risa de un grupo (…) y para comprender la risa
hay que reintegrarla a su medio natural, que es la sociedad, hay que determinar
ante todo su función útil, que es una función social (…) La risa debe responder
a ciertas exigencias de la vida común. La risa debe tener una significación
social. (Bergson, La Risa, 1900, Pp.14 y 15.)
Por Victoria Cestau.
La obra de Peter Weiss, dramaturgo, novelista, pintor, artista gráfico y cineasta experimental alemán, nacido a principios del S XX, es un universo de muchas aristas. La adaptación de Javier Margulis es realmente un trabajo fino. Su variada y vasta formación dialoga a la perfección con la obra del alemán. Respetando el texto, integra elementos de nuestra coyuntura, lo que hace de la obra una pieza actual y dinámica.
Nos
sumergimos en el IFT, espacio de reconocida trayectoria de nuestro teatro
nacional. Dos pisos arriba aguarda la sala para dar comienzo a una obra en la que
confluyen múltiples lenguajes artísticos. Los seis actores y un músico despliegan
en escena todo su talento. Actores reconocidos en el mundo del clown, del mimo
y de la comedia.
Comprendemos
que en este mundo trastocado habita un protagonista llamado Mockinpott,
estupendamente interpretado por Nacho Albani, que atraviesa conflictos
universales. La libertad, la muerte, Dios, el poder, la infidelidad, la
burocracia, la corrupción, todos temas que nos tocan de cerca y que siempre
tiene sentido poner en escena. Pero sabemos que el desafío siempre es la forma,
el cómo. En esta oportunidad, cada actor compone varios personajes desde la
concepción del maravilloso teatro de máscaras. Es realmente gratificador ver cómo
cada máscara es habitada por un cuerpo diferente, su uso y función en la escena
se destacan en esta estética absurda.
Recursos
del Teatro y del Actor Popular se manifiestan armónica y equilibradamente con
el teatro de texto. Romper la cuarta pared, dialogar con el público, jugar con
cada objeto y resignificarlo, parodiar la realidad con humor y crítica, cantar,
bailar, recitar: aquellos trovadores vuelven a ser carne en el S XXI.
El
teatro físico se refleja en los gags y slapticks que constantemente nos sorprenden,
el público ríe y festeja. El juego payaso funciona a la perfección, los roles y
estatus de cada personaje se afinan como instrumentos de una orquesta y cada
uno brilla con luz propia. Se utilizan muchos procedimientos técnicos, de los
cuales Bergson en su ensayo filosófico La Risa, explica para definir el humor y
lo cómico. La repetición, la deformidad de los cuerpos, la desproporción entre
causa y efecto de la acción física, la inversión e interferencias de series,
entre otras.
Quienes
nos dedicamos al teatro sabemos que esto es posible porque hay un gran trabajo
de los actores en consonancia con la dirección. Tanto Javier Margulis como
Eugenia Levin han sabido llevar este trabajo impecable, que comprende además
una puesta en escena que hace valorizar al trabajo realizado en el vestuario,
las luces, los objetos y la escenografía (que cuenta con telones pintados). Todo
responde a una misma paleta de colores, donde este mundo se proyecta creando
una realidad alternativa. Esta realidad resuena en los estudios que realiza
Bajtín acerca del carnaval y la cultura popular.
La risa descubrió al mundo desde un nuevo punto de vista, en su faceta más
alegre y lúcida. Sus privilegios exteriores están indisolublemente asociados a
sus fuerzas interiores. Sus privilegios exteriores son en cierto modo
reconocimiento exterior de sus derechos interiores. Por eso fue que la risa
nunca pudo ser convertida en un instrumento de opresión o embrutecimiento del
pueblo. Nunca pudo oficializarse, fue siempre un arma de liberación en las
manos del pueblo. (Bajtín, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de
François Rabelais, 1988, p.89)
Esta cita
dialoga con la reconocida e inquietante trayectoria de Eugenia Levin, (fue la fundadora e integró la
dirección de Teatro x la Identidad hace más de 15 años), que tanto como
teatrista y cineasta ha manifestado a lo largo de su carrera.
Cada integrante
de Mockinpott lleva adelante una formación y desempeño en distintos campos de
la cultura que se despliega en la obra. Se agradece ver a artistas y docentes trabajando
en conjunto, llevando a cabo la tarea más hermosa: hacer.
Cuánto: $250,00.
Cuándo: Desde el 16/09, sábados 21:30; domingos 20:00.
Dónde: Espacio IFT (Boulogne Sur Mer 549).
Cuánto: $250,00.
Cuándo: Desde el 16/09, sábados 21:30; domingos 20:00.
Dónde: Espacio IFT (Boulogne Sur Mer 549).
Ficha técnico artística:
Actúan:
Nacho Albani, Agustín Soler, Valeria Maldonado, Marina Barbera, Pablo
Algañaraz, Yanina Frankel y Lechuga Beckerman.
Colaboraron
en la escenografía: Alejandro Mateo, Marcelo Salvioli.
Pintura
de Telones: Maite Corona, Ariadna Tártara Moyano.
Vestuario:
Lili Piekar, Julieta Heiderscheid.
Realización
de narices: Robert Narices.
Realización
vestuario: Silvana Morini.
Iluminación:
Marcos Pastorino.
Asistente
de dirección: Ezequiel García Faura.
Dirección:
Javier Margulis y Eugenia Levín.