Lolas, de Flor Canosa (Literatura, Entrevista)



 “Queremos ser leídos, tenemos historias para contar y no queremos ser devorados por los fabricantes de BestSellers”, dice Flor Canosa a horas de la presentación de su primer libro Lolas, ganador del Premio Equis de Novela 2015, el cual apunta a escritores emergentes en el ámbito iberoamericano y es organizado por Specimens-Mag.com, Editorial El Cuervo (Bolivia) y Suburbano Ediciones (EEUU).

En la historia que hoy abre oficialmente a las 19:00 en Eterna cadencia (Honduras 5574), nos encontramos con Julia, sobreviviente de un mezquino divorcio que -a sus 30 y pico- se acompaña de viejos amores y sus atractivos –y problemáticos- implantes mamarios para subirse a una especie de aventura guiada por la necesidad de juntar el dinero suficiente para saldar una abultada deuda y poder quedarse con sus Lolas. El resultado, como suele pasar en todo viaje, implica mucho más que la razón disparadora: redescubrirse, aceptarse y entender que la vida es puro cambio serán algunos de los resultados –a veces gratos, a veces no- con los que avanzará  Julia.

Antes del evento de hoy, Flor Canosa se toma unos minutos para hablar con Revista Lucarna. Te invitamos a conocerla más de cerca y a leer su divertida novela:

Revista Lucarna: El disparador de la novela es muy particular (un ex vengativo que reclama su inversión en los implantes de su antigua mujer), ¿cómo fue que surgió esta idea?, ¿recordás en qué te inspiraste?
Flor Canosa: Los disparadores fueron varios y vinieron de diferentes fuentes. Por un lado, el hecho de ver que la factura de compra y colocación de los implantes tiene nombre y, además, los implantes tienen un número de serie que corroboran (en caso de “mal funcionamiento”) que los implantes que compraste son los que te colocaron, me prendió la primera lamparita. 

Mirar la tele fue otro detonante, cuando algunos señores famosos señalaban con el dedo a aquellas señoritas a quienes habían pagado sus implantes. Y venía de separarme, de dividir cosas, de discutir horarios… todo se alineó. Además, me pareció muy divertido mirar el mundo femenino desde ese punto de vista, creo que nunca se contó algo así. 

Pero Lolas no es solo una novela sobre implantes mamarios, sino que habla del amor, de las relaciones fallidas, de la soledad y de la desesperación. Las tetas terminan siendo una excusa para hacerle una autopsia al personaje femenino y su universo.

RL: ¿Cuál fue la parte más placentera del proceso de escritura y lanzamiento?; ¿cuál la más difícil?
FC: Del proceso de escritura, rescato el apoyo y aliento de mi marido, que me estimulaba para que escribiera más y más, no me dejaba abandonar por fiaca o desaliento. Terminarla, ponerle el punto final y corregirla fue una parte muy linda. Y después vino la realidad… ¿quién iba a quererla? Contacté a un agente literario que, sin leerla siquiera, me dijo que no. Que la ficción no vendía. Que las editoriales no querían ficción, menos de una escritora novel. Pero después la leyó, le encantó y trató de ubicarla, sin lograrlo. Entonces decidí probar suerte en un concurso. Uno solito. Y lo gané. Ese fue el momento más importante de todo el proceso, cuando cuatro personas distintas, de diferentes países, eligieron Lolas por sobre otras más de 400 novelas de todas partes del mundo.

RL: Te desempeñás en el campo audiovisual, ¿eso hace que Lolas tenga un futuro fuera del libro?, ¿imaginás la historia como una película o serie?
FC: Lolas nació en mi cabeza como el argumento para una película, lo cual me hizo tener la historia completa en la cabeza, de principio a fin. Pero como conozco las dificultades para la producción en el medio audiovisual, decidí que sería novela, que quería tener la libertad absoluta de construirla como un relato literario. Fue la mejor decisión que pude haber tomado, porque sentí que tenía una historia que fluía con la voz literaria que me empezó a marcar después de cumplir treinta años… 

Me encantaría que volviera a su fuente y se convirtiera en película o serie, creo que es lo suficientemente cinematográfica, así que acepto propuestas. Sería un círculo perfecto para todo el proceso. Y no descarto que pueda ser teatral, ¿eh?

RL: ¿Extrañás algo de Julia ahora que la dejaste tomar vida propia y hacer su propio camino en cada lectura? 
FC: Julia me acompañó durante muchos años y fue una catarsis muy linda poder construirla con pedazos propios y ajenos, pero creo que está viviendo donde tiene que vivir, en su propio libro y en la mente de los lectores. Creo que es un personaje muy odioso y muy querible a la vez. Hasta a mí me dan ganas de estrangularla algunas veces, pero creo que es parte de haberla creado como una mujer independiente de mí. Podemos decir que se hizo mayor y se fue a vivir sola.

RL: ¿Por qué se especifica el nombre de la protagonista de Lolas tan adelante en la historia?
FC: Por la manera en que está escrita la novela. Como es en primera persona y no tiene diálogos, no sentí en ningún momento que necesitara llamarla por su nombre. Creo que el nombre aparece en el momento justo, cuando ella le habla a sus propias tetas y se presenta.

RL: ¿Por qué hablar de implantes?, ¿por qué reírse de ellos?
FC: Soy ¿usuaria? (¿portadora?, ¿víctima?) de los implantes mamarios. Sé lo que se siente, física y mentalmente cuando se los lleva encima. Es decir, no me río de ellos, sino con ellos. Y me río de los pensamientos locos que pueden provocar. Ellos ya son parte de mi vida y casi no recuerdo cómo era no tenerlos pero, como muchas mujeres, me los puse por todas las razones equivocadas y todos los motivos correctos. No me pasó nada similar a lo que le pasa a Julia en la novela, pero puedo entenderla.

RL: ¿Cómo recomendarías leer tu novela? 
FC: La verdad… creo que es una novela para leer en viajes, en medios de transporte o cuando hacés tiempo para hacer un trámite o alguna cita se atrasó. No sé por qué me da esa sensación. Quizás porque es la novela que me gustaría leer en esas circunstancias. Los capítulos son breves, así que es fácil entrar y salir o calcular terminar un capítulo antes de llegar a la estación de destino. Es un libro amable, pero no es tan light como parece. Si no tuviese humor, sería un drama bastante denso.

RL: ¿Quién es el lector ideal de Lolas?
FC: A simple vista, porque el libro es rosa, porque tiene tetas en la tapa, porque habla de implantes mamarios y porque la protagonista es mujer, podríamos decir que es para chicas. Pero no lo veo tan así. Tres de los cuatro jurados del Premio Equis son hombres. A los hombres les gusta mucho, porque Julia es cínica, es real y tiene una honestidad brutal para hablar de sí misma y los demás.

RL: Con tu primera novela ganaste un premio, ¿eso da impulso para querer seguir publicando?, ¿tenés algún plan en este sentido?
FC: Ganar el premio me devolvió la fe en la humanidad. Había intentado enviar el manuscrito a muchas editoriales y no encontraba respuestas. Gané con mi primera novela y en mi primer concurso. Me subió la autoestima por las nubes, me hizo recuperar la confianza en mi escritura. Escribo desde chica, sin parar, pero ganar un premio es una felicidad indescriptible. 

Ya tengo otra novela terminada y estoy, nuevamente, en el periplo de encontrar editorial interesada. También estoy escribiendo Bolas, una historia con una premisa absurda como Lolas, pero con un protagonista masculino. Y un libro de Non Fiction de humor sobre las separaciones.

RL: ¿Cómo ves al campo de los narradores en Argentina?
FC: Creo que Argentina es un país que se sostiene por el enorme grado de generosidad y solidaridad artística. Tuve el placer de conocer gente hermosa que me tendió la mano sin conocerme, que se comprometió conmigo para la presentación de mi libro, para que los medios se ocuparan y para darme consejos. Pasa también en el cine independiente. Soy guionista de Daemonium, que acaba de estrenarse en el Festival de Mar del Plata y en el Buenos Aires Rojo Sangre después de ganar muchos premios internacionales. Es un proyecto en el que participan cientos de personas y no hay un centavo involucrado. Los creadores ponen dinero de su bolsillo, organizan fiestas, piden créditos personales para poder terminarla. Lo que hicieron fue con la ayuda de un montón de gente que creía en el proyecto y el resultado te quita el aliento.

RL: ¿Algún autor joven de Argentina que no haya que dejar de leer?
FC: Estoy empezando con los autores jóvenes que no conocía. Pasé tanto tiempo en el mundo del cine independiente y en el ámbito de la facultad (soy Jefe de Trabajos Prácticos desde hace 12 años en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA), que recién ahora estoy contactándome con el mundo de la literatura y me quiero matar. Quiero leer todo y a todos. De a poco, lo voy a lograr. 

RL: ¿Y un director?
FC: Recomiendo prestar mucha atención a Pablo Parés, porque creo que hay poca gente en el mundo que se sepa filmar como él.

RL: ¿Hay algo más que te gustaría agregar?
FC: Me encantaría que la gente lea Lolas, en papel o en e-book, que es muy económico. Y me encantaría que me dieran su crítica, que compartieran conmigo sus impresiones. Aprendo mucho de cada palabra y no me afectan las malas reseñas. 

También me encantaría que los medios masivos y las editoriales grandes se ocuparan un poco más de los escritores emergentes, porque somos un montón y, si no nos tuviéramos los unos a los otros, nos sentiríamos muy solos. Suelen preocuparse más por los escritores que venden mucho, pero esos venden solos, no los necesitan. Nosotros los necesitamos no para vender, porque no vamos a hacernos ricos con nuestros libros, sino para llegar a otros rincones. Queremos ser leídos, tenemos historias para contar y no queremos ser devorados por los fabricantes de BestSellers. Acá estamos, somos argentinos y, aunque nos ignoren, vamos a seguir creando.

Detalle
Título: Lolas.
Autora: Flor Canosa.
Páginas: 128.
Editorial: El cuervo, La Paz, Bolivia.
ISBN: 978-99974-833-8-6