Por Carmela Marrero Castro.
Definir la existencia
y cargarla de significado es una constante en el ser humano, es un
cuestionamiento que recorre nuestras prácticas cotidianas y que emerge de
manera intermitente entre el caos y la armonía del universo. Y así nos
debatimos, entre el vacío y la completitud de la existencia.
La vida probable es
una obra que se construye en y desde la contradicción y, de esta manera,
recupera el dilema mismo de la existencia: palabras que no siempre comunican,
decisiones que se diluyen en la inacción, personas que pueden develar sus
intimidades frente un público desconocido pero no frente a sus amigos, mostrar
la desnudez corporal y cubrir los sentimientos más íntimos.
Tanto la situación
como la puesta en escena son, en apariencia, muy simples. Asistimos al
encuentro entre cinco amigos que se debaten entre terminar la reunión y partir
o quedarse un rato más y estirar la reunión. El escenario se divide en dos
espacios claramente delimitados. Uno es el living, donde los personajes se
encuentran para conversar, y el otro es el patio, que pareciera configurarse
como un espacio más propicio para la reflexión personal, ahí donde el encuentro
con uno mismo es posible aunque no siempre claro o explícito. Así, el interior
y el exterior también están en conflicto.
Algunos recursos
dramáticos utilizados en esta propuesta hacen evidente su distancia con el
teatro realista en el que el espectador es invitado a hacer pacto y sumergirse
en el devenir de una historia. La ruptura con la cuarta pared y la reiteración
en el uso de determinadas textualidades (los personajes repiten incesantemente
diferentes noticias en un tono que imita al periodístico) alejan al espectador
de su lugar pasivo y, dado el extrañamiento construido en este artificio, lo
movilizan hacia la reflexión y el cuestionamiento: ¿por qué se repiten
incesantemente las noticias? ¿Por qué los personajes se presentan entre sí de
cara al público en vez de construirse simplemente en la diégesis dramática?
¿Por qué las anécdotas personales no terminan de comunicarse y quedan obturadas
por las noticias intrascendentes del pueblo o del país?
Con todo, se trata de
una obra que a pesar de su aparente sencillez contiene cierta complejidad: la
de evidenciar que no todo puede ser dotado de sentido y la de aceptar que la contradicción
es parte constitutiva de nuestra existencia.
Teatro: Espacio Callejón
Dirección: Humahuaca 3759. Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-1167
Entrada: $ 150,00 / $ 120,00
Días: Martes - 21:00 hs
Ficha técnico artística:
Dramaturgia: Pablo Caramelo
Actúan: Federico Iglesias, Diego Lopez Dominguez, César Riveros, Luciana Serio, María Viau
Diseño de luces: Claudio Del Bianco
Diseño sonoro: Joaquín Daglio
Fotografía: Agustina Sentana, Tomas Serio
Diseño de imagen: Bibiana Aflalo
Asistencia de iluminación: Facundo David
Asistencia de dirección: Blacky Di Desidero
Prensa: Laura Brangeri
Dirección: Pablo Caramelo