Una actriz llega desde lejos para hacer un casting con una vieja gloria del teatro porteño, que lanzó una convocatoria por internet llena de omisiones y cuyo hermano -que asegura ser el hijo- tiene un disparo en la cabeza y no encuentra las palabras justas para comunicarse. La última propuesta de Patricio Ruiz es una versión tan libre de La Gaviota de Chéjov que termina siendo Un pájaro cualquiera.
Sobre el proceso de puesta en escena y los mecanismos de trabajo de este director y dramaturgo charlamos en la entrevista que sigue:
Revista Lucarna: ¿Cuál fue el disparador de Un pájaro cualquiera?
Patricio Ruiz: Una anécdota, una imagen cercana en la que me he visto repetido y en la que nos veo, a la gente de teatro, chapoteando casi ahogados. Un casting intervenido por La Gaviota, de Chéjov, la cual nos empeñamos en repetir, porque -como sus personajes- seguimos viendo un horizonte que deseamos, atornillados a este presente que nos duele.
RL: ¿Cómo es dirigir tus propias obras?
PR: Implica rever al dramaturgo para entender qué mecanismos le pertenecen, como procedimiento formal para agenciar técnicas y percibir movimientos que al momento lúdico de la escritura no están en primer plano por el mismo goce creativo que se adelanta y, a su vez, aliar los ”yoes” que nos componen creativamente para dar paso a una nueva forma de eso que se quiere decir.
El texto teatral es un texto vivo y una aproximación a lo espectacular, abierto a las modificaciones y siempre en retroalimentación con la escena. Cada proyecto tiene una forma distinta de concebir su propio texto, así como también siento ser un dramaturgo distinto para cada proyecto que me involucra. Hay obras que lo tienen como estructura soporte que guía al trabajo de puesta y otras cuyos textos se van escribiendo a medida que la escena avanza. Otras que son un poco y un poco. De escritorio, colectivos, a partir de ensayos. Existen tantas posibilidades narrativas como imaginarios.
A la hora de montar disfruto mucho de encontrar la materialidad justa para dar carne a lo que vive en un imaginario, pero sobre todo disfruto de verme interpelado por quienes actúan a partir de ese imaginario. Es una intimidad muy grande que se comparte con las actrices y los actores.
RL: ¿Cuál fue tu metodología de trabajo para llevar a escena Un pájaro cualquiera?
PR: La del fluir y entrenar. Creo que Chancha coraje tanto como Un pájaro cualquiera representan una bisagra en mi dirección porque me permitieron entender la necesidad y valor del fluir y mantener prendidas las ganas del encuentro, de hacer de las obras nuestra fiesta a medida que se crea un suceso que nos llena de preguntas y entrena a los cuerpos para estar dispuestos a la actuación.
En cuanto al trabajo con la obra, hay varias instancias. Una, la del escrito que desarrollé mitad en México y otro poco en PANORAMA SUR y que tuvo su versión corta como aproximación espectacular en el festival Divinas Glorias (duraba 15 minutos) y, a partir de las ganas de todos y todas por seguir trabajando en conjunto, seguí desarrollando. Hablo de Natalia Casielles, Armenia Martinez y Martín Amuy-Walsh.
La otra es la de la irrupción de una cabeza de pájaro gigante, del libro El sacrificio como acto poético, de Angélica Liddell, y que toma forma en la obra que se presenta en el Teatro del Pueblo.
RL: ¿Formar parte de la última cartelera del Teatro Del Pueblo en su edificio histórico tradicional, resignifica la obra?
PR: El Teatro del Pueblo es un emblema del quehacer independiente, un lugar que apuesta siempre a nuevas formas, abierto a propuestas de autores jóvenes. Dirigí mi primera obra ahí en 2013 y fue una experiencia hermosa. Me da mucha nostalgia estar acompañando este cierre de ciclo en este edificio y me da felicidad celebrar que ahora tendrá uno propio.
El público asistirá a una ceremonia de tensión entre sistemas teatrales, hacer la obra en el Pueblo a punto de mudarse es más que un gesto político, enmarca y abraza. Para el equipo representa la responsabilidad de hablar de los medios de producción desde un lugar que defiende al teatro independiente y a sus búsquedas, sus posibilidades de ensayo y error que el teatro alternativo da, porque responde a otras lógicas y no a las de mercado, que en estas épocas aprietan de cerca, pero que el teatro seguirá combatiendo para no dejar que la solemnidad invada ni que el sentido común de la hegemonía normada reine sobre nuestros cuerpos e imaginarios.
Cuándo: Viernes 24 y 31 de agosto, a las 21:00.
Dónde: Teatro Del Pueblo, Av. Pres. Roque Sáenz Peña 943 (C.A.B.A.).
Cuánto: 250 $ / 220 $, descuento a estudiantes y jubilados.
📷: Piero Cavallín.
Ficha Técnico-artística
Dramaturgia: Patricio Ruiz.
Actúan: Martín Amuy Walsh, Natalia Carmen Casielles, Armenia Martinez.
Vestuario: Javier Mayer.
Escenografía: Giselle Vitullo.
Iluminación: Nadia Farías.
Canción: Eduardo Barrientos.
Fotografía: Piero Cavallín.
Diseño gráfico: Nicolás Deshusse.
Asistencia de dirección: Francisco Lachavanne.
Prensa: Carolina Reznik.
Producción: Martesnueve.
Dirección: Patricio Ruiz.